El presidente de Perucámaras, Carlos Durand, en diálogo con Gestión analiza los efectos de los conflictos sociales.
¿Cómo aprecian ustedes el trabajo del Gobierno para enfrentar la conflictividad ?
No se está haciendo mucho por bajar el nivel de conflictos. Sobre todo aquellos que están vinculados a actividades productivas y sectores económicos que se pueden considerar motores de la economía.
Actividades productivas importantes para el país...
Son los que nos han permitido recuperarnos en el 2021 en términos de PBI. Si no hubiera estos conflictos que paralizaron el normal funcionamiento de las minas hubiéramos podido recuperar más y llegar a un punto o dos puntos del PBI adicional.
¿Quiénes son los más afectados?
Afecta no solamente al fisco sino a las pequeñas y medianas empresas que forman parte del ecosistema minero. Por ejemplo en la región Apurímac en el 2021 se perdieron entre S/ 9 millones y S/12 millones diarios producto de la paralización de Las Bambas.
Hay conflictos que se reavivan...
Un ejemplo de ellos es Cuajone. Es más, creo que ya no deberían llamarse conflictos sociales, sino conflictos comerciales.
¿Por qué?
Son conflictos comerciales porque cuando una comunidad paraliza una carretera y bloquea el tránsito de los minerales, personas, no solamente afectan los derechos que tiene la empresa, sino el de los ciudadanos. Pasa a ser un tema ya no socioambiental, sino comercial, pues entre sus demandas está la exigencia de mejores condiciones para que los contraten.
Brinde un ejemplo
Por ejemplo, en Cuajone (Southern Copper) están pidiendo US$ 5,000 millones para hacer uso de sus tierras. El mineral es un recurso de todos los peruanos con los que necesitamos beneficiarnos todos con lo que se recaude por impuestos, regalías y canon.