Perú inauguró este jueves la primera planta de procesamiento de fibra de alpaca del país, ubicada en la región sur andina de Puno, fronteriza con Bolivia, e implementada como parte de un proyecto que cuenta con una inversión de S/ 3,5 millones (unos US$ 900,000).
La planta fue inaugurada por el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, quien resaltó que permitirá “tener una capacidad de producción mayor a 25,000 kilos de fibra de alpaca al año”.
“Además, permitirá mejoras sustantivas a los precios actuales”, remarcó Torres antes de señalar que la libra de fibra del camélido suramericano fluctúa entre S/ 14 y S/ 7 soles (US$ 3,6 y US$ 1,8).
Agregó que, de esa manera, esperan “incrementar los ingresos de las familias altoandinas, principalmente de la población de Carabaya”, la provincia de Puno donde se encuentra la planta de procesamiento.
“Esta fábrica va a contribuir enormemente para que nuestras comunidades campesinas comiencen a desarrollarse, y este ejemplo debemos multiplicarlo a lo largo y ancho del Perú”, sostuvo Torres.
El ministro aseguró que la planta permite dar a conocer que la región Puno “es un espacio geográfico rico, no solo en la producción de la mejor calidad de fibra de alpaca, sino también porque cuenta con grandes cantidades de minerales, así como recursos hídricos”.
Torres destacó que se ha implementado el proyecto “Mejoramiento de la cadena productiva de la alpaca en las comunidades de Corani, departamento de Puno” e instó a los productores de fibra de alpaca a constituir cooperativas para lograr una mayor producción y mejores precios de transacción.
Durante la ceremonia, el alcalde de Corani, Edmundo Cáceres, refirió que su jurisdicción cuenta con reservas de litio, mientras que el presidente de la comunidad campesina de Quelcaya, Sabino Clever Peralta, entregó al primer ministro un memorial en el que los pobladores solicitaron al gobierno central la ejecución y viabilidad de proyectos mineros en la zona.
La Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) señaló que el memorial pidió al Ejecutivo que promueva el desarrollo y la explotación de litio en Carabaya “con enfoque social y cuidado del medio ambiente”, y que también otorgue “garantías constitucionales” para la construcción de un proyecto minero a cargo de la empresa Bear Creek Mining, que demandará una inversión de US$ 585 millones.
En ese sentido, Torres señaló que para el desarrollo minero de Puno “es importante la transferencia de tecnología”, por lo que invocó a la ministra de Energía y Minas, Alessandra Herrera, para que en el contrato minero “se incluya una cláusula al respecto, y que se reduzcan las trabas burocráticas para su emprendimiento”.
“Es hora de poner al Perú en los ojos del mundo mediante la industrialización, por eso hay que negociar los contratos de tal forma de que la empresa que obtenga la concesión para la explotación trabaje en ese sentido”, concluyó.