Perú quiere seguir posicionándose como un gran proveedor de frutas y hortalizas en el mundo. Para lograrlo, ha iniciado el monitoreo en 229,150 hectáreas de cultivos hortofrutícolas para controlar la plaga de la mosca de la fruta y así acceder a mercados más exigentes.
Según información del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), para mantener a la mosca de la fruta en niveles de baja prevalencia, es fundamental el compromiso de los productores en la ejecución de labores culturales que no generan costos como son el recojo y entierro de frutos, el rastrillado de suelos y las podas sanitarias.
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Cabe indicar que la erradicación de la plaga podría significar un ahorro anual a favor de los productores hortofrutícolas de aproximadamente S/ 1,200 por hectárea. Al respecto, se ha exhortado a los productores a monitorear permanentemente sus parcelas.
El control cultural está enfocado a desplegar acciones permanentes, orientadas a reducir los estados inmaduros de la plaga mosca de la fruta, tales como huevos, larvas y pupas. Entre las principales acciones se recomienda: recoger los frutos malogrados, en planta y suelo, para enterrarlos en un hoyo con una profundidad aproximada de 40 centímetros. Estas labores deben realizarse por lo menos dos veces por semana.
Estas acciones se complementan con el rastrillado de suelo (debajo de la copa del árbol) que permite exponer las larvas y pupas a los rayos del sol, y a enemigos naturales como son los pájaros o gallinas, cuando se alimentan de ellas.
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Y a fin de generar condiciones adversas para la alimentación y refugio del insecto adulto de la mosca de la fruta, también se debe realizar podas sanitarias; con mayor énfasis, después de la temporada de cosecha.