Estados Unidos expresó preocupación por la violencia en la Amazonía de Perú, tras el asesinato de un líder indígena y defensor de los derechos humanos que elevó a cuatro los activistas ultimados este año en esa zona del país.
“Nos preocupa la muerte de otro líder indígena y nos solidarizamos con todo esfuerzo para investigar y sancionar estos crímenes”, tuiteó la noche del lunes la embajada de Washington en Lima.
La representación diplomática aludió al asesinato el viernes del líder awajún Antonio Yagkuag Baais, jefe de las rondas campesinas urbanas y nativas de Santa María de Nieva, en la remota provincia de Condorcanqui, en la selva norte del país.
Yagkuag, de 57 años, fue ultimado a balazos por dos sicarios que lo emboscaron en Santa María de Nieva y huyeron en una embarcación por el río Marañón.
El líder nativo era conocido en la zona por denunciar a las mafias de trata de personas, lo que le acarreó amenazas de muerte, según la policía.
El gobierno condenó el domingo la violencia contra los líderes indígenas y pidió que se sancione a los responsables.
Se trata del cuarto asesinato de un líder indígena este año en la selva peruana, tras los homicidios del dirigente asháninka Lucio Pascual Yumanga el 30 de noviembre, supuestamente a manos del narcotráfico; del defensor del medio ambiente asháninka Mario López Huanca, el 2 de julio; y de Herasmo García, el 26 de febrero.
Los crímenes contra activistas son frecuentes en la extensa y remota área selvática de Perú, donde la presencia del Estado es casi nula, y generalmente quedan impunes.
Los awajún son el segundo mayor pueblo nativo de la Amazonía peruana, con unas 83,000 personas que habitan en unos 320 caseríos y aldeas en la selva norte, a 1,000 km de la capital.
Los asháninkas son el grupo mayoritario entre los pueblos amazónicos del país, integrado por cerca de 120,000 personas que habitan en diversas aldeas de la selva central y sur de Perú.