En las últimas semanas los ojos se centraron en la denominada “Tercera Toma de Lima”, que -a diferencia de las anteriores jornadas de protesta- pudo ser controlada por las fuerzas del orden y no cobró vidas humanas.
Sin embargo, los conflictos persisten, de acuerdo al último reporte de la Oficina de Adjuntía para la Prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad de la Defensoría del Pueblo existen 219 controversias, de ellas 165 están activas y 54 latentes.
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Pero, además, la institución advirtió que las autoridades competentes correspondientes deben poner atención a 13 conflictos que merecen una intervención prioritaria. Se detalla que nueve de ellos son sociambientales y tres se desarrollan en Loreto.
Gestión conversó con el adjunto para la Prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad de la Defensoría del Pueblo, Rolando Luque, sobre dicho punto así como sobre cuáles serán las nuevas expresiones de protestas que se desarrollarán en el siguiente semestre.
- Acaba de culminar una jornada de protesta. “La toma de Lima” para un sector fue un fracaso. Para otro fue la oportunidad de un sector de la población a expresar su disconformidad con el gobierno. ¿Qué nos deja está protesta?, ¿podemos confiarnos en que ya no ocurrirá una jornada como la de diciembre y enero por lo menos en este año?
Las movilizaciones en Lima y 64 provincias fueron en conjunto numerosas y mayoritariamente pacíficas. Hubo algunos incidentes de violencia sobre todo en Lima cometidos por piquetes que se enfrentaron a la policía nacional, y algunas reacciones policiales desmedidas que deben investigarse.
- Pudieron protestar...
Lo cierto es que el derecho a la protesta fue ejercido por la población, revelando que estamos ante una sociedad activa que expresa su malestar públicamente. Corresponde a las autoridades, principalmente políticas, escuchar las demandas, interpretar correctamente la realidad actual y buscar el diálogo y las enmiendas que sean necesarias.
- ¿En esta oportunidad se tomaron mejores medidas de prevención?
Sería en extremo negligente que la autoridad policial, militar o política no tomara previsiones para no reproducir la tragedia de hace unos meses. En lo que debe pensarse ahora es en cómo reconciliar al país, hacer justicia con las víctimas, llamar a la unidad, retomar la senda del crecimiento y del desarrollo. La Defensoría del Pueblo ha hecho recomendaciones para evitar el uso ilegal de la fuerza y ha sido enfática en el carácter pacífico del derecho a la protesta. Sin embargo, no podríamos asegurar que no vaya a haber violencia y abusos.
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- ¿Cuáles serán las nuevas expresiones de protestas que se desarrollarán en este semestre?
La Defensoría del Pueblo ha observado que la población suele manifestarse principalmente a través de concentraciones y marchas, pero también mediante paros, vigilias, cacerolazos y bloqueos de vías. También se observan formas de expresión artística como medio de protesta, en las que participan sobre todo jóvenes del lugar. Estas expresiones se caracterizan por ser pacíficas e innovadoras.
- ¿Han observado algún otro cambio las últimas semanas?
El número de bloqueos de vías se ha reducido significativamente en los últimos meses, al igual que los hechos de violencia. La paralización de actividades ya no es muy común, esto debido a los impactos económicos que genera. Sin embargo, las movilizaciones han ido en aumento a partir del 19 de julio. No se puede prever el rumbo que tomará la protesta, depende mucho también de los aciertos o errores de las intervenciones policiales, o militares en las zonas con estado de emergencia, y del tipo de declaraciones políticas que se hagan desde el poder Ejecutivo o el Congreso.
- ¿Cuáles son los sectores, regiones sobre los que se debe tomar ahora mayor atención?.
La atención debe concentrarse en los sectores con mayores brechas sociales, especialmente en relación a la educación, la salud, empleo, seguridad. Un plan de alto impacto económico en las zonas más deprimidas ayudaría mucho. La pandemia dejó 2 millones y medio de nuevos pobres, más informalidad y menos empleo e ingresos. Y pese a los miles de muertos no tenemos por ejemplo una nueva política de salud. Salir de esta situación de retroceso pasa por hacer una profunda autocrítica sobre la crisis de representación política, la ineficacia de varias políticas públicas y el compromiso de luchar frontalmente contra la corrupción.
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- ¿Podría mencionarnos alguna región sobre la que deberíamos mirar con atención?
No hay que olvidar tampoco la persistente conflictividad social en la amazonía. Hay más ofrecimientos que concreciones en relación a la situación de los pueblos indígenas. Y sobre todo una deuda pendiente con la remediación por la contaminación ambiental de medio siglo de la actividad petrolera.
Uds. suelen presentar el reporte de conflictos así como las alertas tempranas. ¿Cree que las autoridades competentes toman realmente acciones para evitar que exploten?.
Las mesas de diálogo que quedaron suspendidas por el conflicto vinculado a la crisis política se vienen reanudando. También se están reactivando los espacios de articulación interinstitucional para la prevención de conflictos sociales. La gran herramienta es el diálogo por eso no podemos devaluarla con incumplimientos de acuerdos suscritos en actas. Acta que se firma, acta que se cumple. En esa línea, la Defensoría del Pueblo creará la Unidad de Gestión de Cumplimiento de Acuerdos, que contribuirá a que el Estado y las empresas honren sus compromisos.
Alertas tempranas sobre las cuales deben poner atención
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres. Veinticinco años de experiencia. Trabaja en el diario Gestión desde el 2004. Trabajó anteriormente en los diarios Liberación y Referéndum.