Las maravillas del arte antiguo se combinan con las de la tecnología en “Machu Picchu y los Imperios Dorados de Perú”, una exposición itinerante que se burla de las limitaciones para visitar la admirada ciudadela incaica y muestra en todo su esplendor las culturas precolombinas peruanas.
Casi 200 piezas provenientes de los museos Larco de Lima y del Sitio Manuel Chávez Ballón de Aguas Calientes, algunas nunca antes expuestas fuera de Perú, fueron enviadas a Estados Unidos para la exposición que se estrena mundialmente este sábado 16 de octubre en el Museo de Arte de Boca Ratón, ciudad situada a 70 kilómetros al norte de Miami.
Después del 6 de marzo del 2022 “Machu Picchu y los Imperios Dorados de Perú” empezará a viajar por el mundo como “una gran embajadora” del país andino, dice Andrés Numhauser, vicepresidente senior de World Heritage Exhibitions, organizadora de la muestra junto a Cityneon.
El siguiente destino será París, donde permanecerá siete meses, luego viajará a Milán, en Italia, y después probablemente a Australia, Japón, China y otros países. En total, unos cinco años de gira.
Concretar esta exposición única los ha llevado a World Heritage Exhibtions y Cityneon unos diez años de conversaciones con el Gobierno de Perú, los museos y otros implicados en el montaje.
El resultado es una “pincelada” de las variadas culturas que se desarrollaron en lo que hoy es Perú entre el año 3,000 AC hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, dice Numhauser, quien cree que va a “entusiasmar” a los visitantes hasta el punto de que después de verla “van sacar tiquetes para el país andino lo antes posible”.
La maravilla incaica
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las siete nuevas maravillas del mundo por votación popular, Machu Picchu, la majestuosa ciudadela situada a 7,000 pies (2,135 metros) de altitud en la cordillera de los Andes brilla en una exposición donde no faltan ni el oro ni la plata.
Los 192 objetos provenientes de tumbas reales y señoriales que puede verse en Boca Ratón, algunos nunca antes expuestos fuera de Perú, representan a las culturas Wari, Moche, Mochica, Virú, Chavín, Cupisnique, Chancay, Chimú y Lambayeque.
Destaca un atuendo de oro, completamente intacto, que perteneció a un emperador Chimú y se remonta al 1,300 D.C.
Hay escultura, orfebrería, trabajos en piedra, cerámica, textiles y otras artes expuestas en vitrinas para garantizar la seguridad de unas piezas de un valor imposible de medir.
La escenografía recrea una fortaleza como la de Machu Picchu, una ciudad sagrada de la que tras la desaparición de imperio inca no se volvió a saber hasta 1911.
Héroes y realidad virtual
Los visitantes son guiados en su recorrido por la exposición por Ai Apaec, un héroe mítico de la cultura Moche que les descubre los misterios de la cosmogonía andina mientras se escuchan los rugidos de los jaguares, los gritos de los guacamayos y el sonido de las lluvias torrenciales de la selva húmeda que rodea Machu Picchu.
Ai Apaec está representado en una máscara funeraria y en otros muchos objetos de la exposición, como un gran plato donde a modo de un cómic se cuentan sus aventuras, en las que el héroe toma la forma de distintos animales para dotarse de superpoderes y enseña la lección de que es necesario morir para renacer a la vida.
Piezas que aluden a ceremonias rituales, sacrificios, adornos, escenas de sexo, representaciones de los animales que eran los emblemas del mundo, el inframundo y los cielos y de conceptos como “la rebelión de los objetos”, que se animaban para atacar a los enemigos, están presentes en una exposición curada por Ulla Holmquist y Carole Fraresso.
Holmquist, directora de Museo Larco, dice que les llevó meses hacer la selección de las piezas.
La guinda del pastel llega al final cuando gracias a unos cascos de realidad virtual 6-DOF el visitante puede sobrevolar como un cóndor las montañas sagradas que rodean Machu Picchu, recorrer sus calles y ver cómo un rayo de sol entra por una rendija en el muro de un templo el día del solsticio de invierno.
Sentados en unos sillones especiales de estimulación multisensorial, los visitantes sienten el vértigo de bajar a gran velocidad desde las alturas andinas hacia el valle y hasta un temblor de tierra.
Las imágenes fueron grabadas con drones dotados de tecnología VR cuando Machu Picchu estuvo cerrado al público en el 2020 por la pandemia de COVID-19.
Debido a la necesidad de distanciamiento social y otras medidas para prevenir la propagación del COVID-19, las autoridades peruanas han limitado el número de personas que pueden visitar Machu Picchu anualmente a 250,000.
“A través de esta experiencia sin precedentes, los visitantes se encontrarán cara a cara con la historia de una manera completamente nueva”, dijo el presidente ejecutivo y director ejecutivo del grupo Cityneon, Ron Tan.