Presidente Castillo:
Como exfuncionario del Estado y profesor universitario, permítame expresar mi preocupación por las señales de los primeros 4 meses de su gobierno, en los cuales, en lugar de ofrecer una alternativa mejor al tan criticado modelo “neoliberal”, lo que se muestra es una mezcla de caos y añoranza de políticas que no funcionaron nunca y en ningún lugar. Como consecuencia, su gobierno podría poner fin, en nombre del pueblo, a un largo periodo en el que el Perú pasó del décimo inferior en el ranking económico de América Latina hacia fines de los ochenta, al décimo superior en este siglo.
Cómo progresan los países
Para explicar cómo progresan los países, sirve la figura de un velero en medio del mar. ¿De qué depende que el velero avance en la dirección y la velocidad deseada?
En primer lugar, de la marca o el modelo de velero; que puede ser seguro o frágil, rápido o lento. En segundo lugar, de la pericia del piloto, quien puede ser experimentado o novato. Por último, depende de fuerzas ajenas al control del piloto, como la velocidad y dirección del viento. Si se llega a tiempo al destino, puede ser porque el modelo del velero es bueno, o quizá porque el piloto es extraordinario, o porque los vientos soplan en la dirección del destino.
Para evaluar el desempeño económico de los países, podemos utilizar la figura del velero. El modelo del velero sería el modelo de desarrollo, el piloto vendría representado por los que dirigen el rumbo de nuestro país, y la dirección y velocidad de los vientos serían las variables de la economía mundial. Un buen modelo del velero equivale a un buen modelo de desarrollo. Pero ¿cuál es ese? Las experiencias exitosas son variadas, como las de China o Corea del Sur, donde la participación del Estado en la economía es alta, o como la de Hong Kong, donde dicha participación es mínima.
Pero todos estos países tienen algo en común. Como el crecimiento económico depende de que las empresas privadas crezcan y se multipliquen, los modelos de desarrollo de estos países ofrecen el medio ambiente más atractivo y seguro para el brote de la inversión privada. Así de simple.
Respecto a los pilotos, usted es el jefe. Usted está al mando de la gran política nacional y es usted quien elige al resto de pilotos.
Por último, respecto a la dirección en que soplan los vientos, nuestra economía está expuesta a los cambios en la economía mundial. La principal variable que nos conecta con el mundo es el índice de términos de intercambio, la relación entre el precio de las exportaciones y las importaciones. Si sube, buena suerte; si baja, mala suerte. Un buen modelo de desarrollo, un buen jefe de los pilotos, que elige a colaboradores calificados, y un poco de buena suerte, son los ingredientes para la prosperidad.
La década perdida y las décadas ganadas
Presidente Castillo, usted debe saber que el Perú salió de los últimos puestos de la cola en la que estábamos a fines de los ochenta, a disputar los primeros puestos en los últimos años. Le llaman neoliberal a esa experiencia del progreso peruano más importante de la historia contemporánea.
Hay dos variables que resumen ese salto. El PBI per cápita, porque es el determinante del desarrollo económico, y el gasto público, porque mide si el gobierno tiene recursos para cumplir con sus funciones, especialmente con los que menos tienen.
Por un lado, entre 1980 y 1990, el PBI per cápita real se redujo en 30 por ciento, lo que nos devolvió a 1960; mientras que entre 1990 y 2019 ese PBI per cápita se multiplicó por 2.5. Por otro lado, el gasto público real de 1990 era solo el 13 por ciento de su nivel de 1980; en contraste, se multiplicó por 14 entre 1990 y 2015. No sé si sus colaboradores le hablaron así del modelo “neoliberal”, presidente.
El reto que tiene es enorme: su gobierno tendrá que superar al modelo al que tanto criticó. Sino, para qué ser presidente.
Pero está haciendo todo lo que no se debe hacer
¿Cuáles serán el modelo de desarrollo, la calidad de gestión pública y las condiciones internacionales durante su gobierno?
Su gobierno quiere cambiar el modelo de desarrollo, derogando la Constitución de 1993, a través de la “Asamblea Nacional Constituyente, que es un grito popular”. ¿Para qué? ¿Alguien puede explicarlo?
Lo concreto es que esos anuncios han producido, en el segundo y tercer trimestre de este año, la fuga de capitales más grande de la historia contemporánea, que ha elevado el tipo de cambio y contribuido al alza de la inflación, perjudicando principalmente a los que votaron por usted.
Por otro lado, la calidad de la gestión pública está en su peor nivel de la historia contemporánea. Analice la calidad de la gran mayoría de sus actuales y anteriores ministros, viceministros y directores generales: probablemente ningún gobierno los contrataría.
Por último, respecto a las condiciones internacionales, usted tiene más suerte que todos sus antecesores del último medio siglo: los términos de intercambio están en su nivel más alto desde 1974. Aunque el motor sea malo, y el piloto inexperto, el velero puede seguir avanzando, por un tiempo, solo por los vientos a favor.
¿Qué puede usted hacer? Tengo un convencimiento: usted fue elegido en elecciones limpias y transparentes, y debería gobernar durante los 5 años. Que sea así depende, básicamente, de usted. Estudie cómo lo hacen los buenos gobernantes, de cómo progresan los países, de las políticas económicas que nunca han funcionado, consulte y rodéese de los mejores especialistas, y decida. Los sueños, para hacerse realidad, necesitan de gente honesta y competente, no solo bien intencionada. La mezcla de buena intención e ignorancia es una bomba atómica, como la de Venezuela hoy o la de nuestro país en 1985-1990. Haga un esfuerzo de aprendizaje rápido de la tarea de cómo gobernar para el bienestar del pueblo. No ha hecho, hasta ahora, esa tarea.