Profesor de Economía de la U. de Piura
Un aspecto importante para mejorar el turismo, además de solucionar el déficit en infraestructura, los problemas logísticos y la falta de puesta en valor de muchos recursos tangibles, es diversificar la oferta turística, diríamos mejor: innovar la oferta. Y para esto debemos desarrollar el turismo vivencial. Según Wilfredo Pérez Ruiz, “consiste en realizar atractivas e interesantes acciones en contacto con los pobladores locales”. Así, el turista pasa de ser un simple observador del entorno, a ser partícipe de la vida social y cultural de sus habitantes y de sus actividades productivas. Por ejemplo, no solo iría a una picantería a sentarse a degustar la deliciosa comida de la localidad, sino que participaría en la elaboración de los platos, se relacionaría con la cultura e incluso podría participar en las actividades de provisión de los insumos.
Este turismo innovador puede incrementar el turismo en nuestro país de manera significativa, y aquí la denominada triple hélice (estado, academia y empresa) tiene un rol prioritario para desarrollarla de manera coordinada.
En el Perú ya existen zonas donde se desarrolla el turismo vivencial (Cusco, por ejemplo), pero es en el norte del Perú, en Catacaos (Piura), donde se está desarrollando una estrategia para convertir este lugar en un distrito con turismo innovador, sostenible y vivencial. En el marco del Proyecto Piura Innovadora, que se desarrolla con apoyo de ProInnovate, el distrito ya cuenta con cuatro destinos de turismo vivencial, vinculados a la gastronomía, paja toquilla, joyería y vida cultural.
En estos temas ya se han realizado experiencias piloto con grupos de actores locales que, bajo ciertos protocolos, se encuentran en condiciones de recibir a los turistas para ofrecerles un turismo diferente.
Es bueno rescatar que este proyecto ha servido para demostrar que cuando existe un objetivo mayor las instituciones públicas y privadas se encuentran dispuestas a colaborar y participar de manera eficiente en el logro de las metas. La experiencia en Catacaos ha sido enriquecedora, y aunque falta mucho por mejorar en las actividades de los artesanos, existe la firme convicción de que la unión hace la fuerza.