Por Martín Reaño
Por Martin Reaño
Hay un temor y un rechazo absurdo a la figura de la Reestructuración Empresarial (RE). Equivocádamente, hay quienes piensan que reestructurarse es igual a quebrar la empresa. Es justo lo contrario!
La RE es la alternativa del empresario responsable que sabe que no podrá cumplir con sus acreedores como estaba originalmente previsto y que tendrá que presentar un plan de pagos diferente a los bancos, proveedores, trabajadores, Sunat, ...
Todas las empresas van a tener que adecuar su modelo de negocio a la nueva economía. Si ese acomodo pasa por pagar a los acreedores de manera diferente, se llama Reestructuración Empresarial. Si usted ya sabe que su empresa no podrá cumplir con sus obligaciones de la manera prevista, su empresa tiene que iniciar un proceso de RE.
Y la clave está en empezar la RE lo antes posible. No esperar a fallar en los pagos y a que la situación de liquidez se vuelva aún más crítica. Mientras antes empiece, más posibilidades de llegar a un acuerdo privado sin la intervención de Indecopi. Pero si no logra un acuerdo privado, Indecopi es parte de la solución. Indecopi ayuda, no entorpece.
Haga una RE bien pensada y negocie de la mejor forma con sus acreedores. Verá que han surgido oportunidades extraordinarias que no se pueden dejar pasar. Les sugiero un proceso de RE en cuatro etapas:
- Selección del camino de RE que tomará: acuerdo privado o concursal (Indecopi)
- Adecuación del modelo de negocio: diseñe todos los cambios y ajustes y sustente la viabilidad financiera y sostenibilidad de su negocio. Esta es la parte central. Un futuro mal sustentado no le dará tranquilidad a sus acreedores. Este es un trabajo para financieros expertos.
- Negociación: plantee un nuevo esquema de pagos a todos sus acreedores. Negocie todo. Reduzca tasas de interés, alargue plazos, consiga condonaciones parciales de deuda, …
- Monitoreo y ajustes: el plan no se va a cumplir. Nunca se cumple. Hay que hacerle seguimiento mientras todo el tiempo que sea necesario para cumplir con los acreedores. Cada vez que surja una desviación, será necesario negociar ajustes con los acreedores.
Salvar un negocio es un trabajo de financieros para dar fe de la viabilidad del negocio y de abogados para aprovechar las normas que protegen a las empresas. No deje pasar esta oportunidad!