Por José Bueno
CFO de Zest Capital
En el mercado de divisas, cada vez más se repite esta pregunta. A pesar de que la inflación ha tenido una larga ausencia, existe un importante número de inversionistas con una exposición a los bonos y al oro, esto con una búsqueda directa de proteger sus portafolios de un aumento de precios al consumidor.
Acompañado de esto, estamos empezando a ver flujos de dinero a la inversión en Tips (Treasury inflation-protected) o en castellano seguridades del Tesoro protegidos contra la inflación, habiendo cada vez movimientos más frecuentes por encima de US$ 1,000 millones por semana. Fuera de ello, en el comercio internacional, tenemos precios de los metales cada vez más altos; por ejemplo, el oro ha pasado de cotizar a inicios de año de US$ 1,528 a US$ 1,822 el día 21 del presente mes, esto representa una apreciación de aproximadamente 19%. Estos comportamientos del mercado denotan la falta de confianza de algunos inversionistas a la recuperación inmediata de la economía global.
En esa línea, dentro de los diversos escenarios, nos gustaría bosquejar dos. El primero, donde incremente la efectividad de los gobiernos de todo el mundo en su estrategia de ir al tope de gasto y también en la disposición de sus bancos centrales de ser eficientes. Esto significaría una recuperación económica bastante rápida, pero seguiría sin explicar por qué una proporción grande de la banca e inversionistas no lo cree así. Un segundo escenario, y a la cual se enfoca la presente nota, es ver una realidad donde la inflación corra más rápido que la recuperación económica, así podría haber una corrida de inversiones. Como todos, hay una enorme expectativa de revisar las tasas de desempleo del tercer y cuarto trimestre de este año; asimismo, existe el temor que en algunas de las economías más grandes del mundo pueda haber campañas políticas de impuestos más altos o mayor regulación, todo esto como resultados de la pandemia.
Finalmente, no todos son malas noticias, las acciones han tenido un rebote importante desde los mínimos de marzo de este año, pero lo fundamental será analizar si los mercados bursátiles podrán mantener estos niveles hasta el cierre del año, y puntualmente en este punto no hay un acuerdo sólido entre los inversionistas. Otra prueba de ello es el rendimiento de los bonos soberanos, estos continúan muy pegados a sus mínimos históricos, justamente porque gran proporción de los inversionistas globales continúan viendo una alta probabilidad de estancamiento económico. Esperemos, con optimismo, esta expansión histórica de oferta monetaria logre empujar eficientemente la economía.