Socio Amrop Perú
En estos tiempos de pandemia hemos podido comprobar que, más que antes, las empresas requieren de talento senior para salir adelante lo más pronto posible.
Sin embargo, recientes informes señalan que persisten en las empresas los prejuicios sociales que impiden la incorporación de dicho talento por razones de edad.
Esta situación no se da solamente en las empresas. Los propios ejecutivos senior piensan, en su gran mayoría, que la edad sigue siendo un factor discriminatorio en una entrevista de trabajo, o peor aún, a la hora de seleccionar un CV.
Existen una serie de “mitos” que contribuyen a perennizar esta situación. Entre los más arraigados podemos mencionar los siguientes:
- Las empresas prefieren jóvenes a los que puedan adaptar a su cultura
- Los reclutadores piensan que sus competencias están “desfasadas”
- Las empresas creen que los ejecutivos senior están sobre calificados y que por lo tanto exigirán sueldos más altos
- Las empresas piensan que los ejecutivos jóvenes proyectan una mejor imagen.
- Las empresas creen que los ejecutivos senior no están al día con los desafíos y las herramientas tecnológicas que la nueva normalidad exige
- Las empresas piensan que los ejecutivos senior ya no tienen la misma pasión y energía para trabajar
- Las empresas piensan que un ejecutivo senior ya no está en capacidad de innovar y proponer soluciones disruptivas (digitales o no) en beneficio de sus modelos de negocio.
En fin, y aun cuando es cierto que un porcentaje de los ejecutivos mayores de 55 años pueden tener alguna de estas carencias, también es cierto que la mayoría de dichos talentos pueden desempeñarse en iguales o mejores condiciones que ejecutivos de menor edad, debido a las distintas experiencias y conocimientos que pueden llevar a la mesa.
Para revertir esta situación, en la que tanto empresas como ejecutivos pueden perder oportunidades brillantes, deberíamos considerar lo siguiente:
Por el lado de las empresas, hagamos que sus procesos de selección tomen en cuenta que la edad de 55 años no es hoy lo que era unos años atrás. Háganse el favor de no excluir de sus procesos a talentos realmente valiosos por razones de edad o años de experiencia.
Por el lado de los ejecutivos de 55 años en adelante, comencemos por no autoexcluirnos pensando que por ser seniors estamos automáticamente descartados. Es verdad que para los mayores de 55 años el proceso de transición laboral puede tomar más tiempo que para alguien de menor edad.
A ellos les sugiero analizar sus competencias y experiencias actuales y aprovechar el tiempo de transición laboral (o incluso antes y durante su actual empleo) para actualizarse en aquellos temas que pudieran significar una brecha de conocimiento en sus CV.
Los más frecuentes son aquellos temas ligados al conocimiento o familiaridad con tecnologías actuales, trabajo virtual, herramientas de colaboración e inclusive conocimientos de alto nivel de aquellos softwares de aplicación más frecuentes en las empresas.
Esto hará que su nivel de empleabilidad, unido a la experiencia que les da el haber trabajado estos años, hará que no solamente ustedes se sientan mejor, sino que los hará más elegibles a la hora de enfrentar cualquier proceso de selección.
Finalmente, aquellos ejecutivos de 55 años, que ya tuvieran una cierta libertad económica pero que quisieran seguir activos en aquello que les apasione, no dejen de considerar opciones como asesorías, directorios, consultorías o interim management, que también pueden resultar sumamente gratificantes y beneficiosas tanto para las empresas como para los ejecutivos