Escribe: Piero Ghezzi, socio fundador de Hacer Perú.
En el Perú, en las últimas décadas, hemos logrado avances en la inclusión social y financiera, pero hemos descuidado una dimensión igualmente importante: la inclusión productiva.
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Esta ocurre cuando las personas se integran exitosamente en la economía moderna, mejorando su productividad e ingresos. Históricamente, los países que han alcanzado una inclusión productiva significativa lo hicieron mediante un cambio estructural basado en la industrialización. El crecimiento de la industria manufacturera permitía absorber trabajadores de sectores de baja productividad, especialmente la agricultura, y ello resultaba en incrementos sustanciales de productividad, diversificación y sofisticación económica.
Pero, el cambio estructural, sea basado en la manufactura o en otros sectores de alta productividad, se ha complicado. En la mayoría de los países en desarrollo, se ha observado, más bien, un cambio estructural sin aumento de productividad. La migración del ámbito rural al urbano, en lugar de emplearse en empresas modernas, ha resultado en autoempleo en mypes de baja productividad.
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Esto sugiere que, para una exitosa inclusión productiva, será necesario no solo facilitar el crecimiento de empresas medianas y grandes en los sectores donde sea posible (incluida la manufactura), sino también modernizar a las mypes, para mejorar su productividad y la calidad del empleo que generan.
Dicha modernización enfrenta desafíos importantes. Primero, muchos economistas creen que las mypes tienen poco potencial y surgen por falta de empleo en el sector moderno. Segundo, la mayoría de las mypes en países en desarrollo están en servicios, donde mejorar la productividad parece ser más difícil. Tercero, existen incluso menos herramientas efectivas en la política de desarrollo productivo para el sector servicios que para el de bienes.
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En un estudio reciente para países andinos (Ghezzi y Klinger, 2024), encontramos que mejorar la productividad de las mypes en estos sectores es posible, pero existen tres brechas principales:
• De aglomeración y articulación: las mypes necesitan alcanzar escalas de mercado (aglomerarse) y mejorar sus conexiones con proveedores y compradores (articularse).
• De capacidades: carecen de habilidades en gestión, finanzas, marketing y herramientas digitales.
• Financiera: la falta de financiamiento adecuado limita su crecimiento.
Dada esta realidad, claramente relevante también en el Perú, ¿qué podemos hacer?
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Para cerrar la brecha de aglomeración y articulación, las mypes podrían asociarse para alcanzar una escala mínima que mejore rentabilidad. Pero la asociatividad horizontal entre mypes no suele funcionar.
La asociatividad vertical puede cumplir un papel importante al implicar a agentes intermediarios que aglomeran la producción de mypes para venderla a grandes compradores, o empresas tractoras que articulan agregando producción y ofreciendo asistencia técnica y, a veces, financiamiento.
Dado que las fallas de mercado y de Estado (asimetrías de información, free riding, regulación inadecuada, etc.) limitan la aglomeración y articulación, se necesitan políticas públicas que:
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• Faciliten la coordinación público-privada a nivel territorial (ej.: Mesas Ejecutivas Territoriales), con el objetivo de que los múltiples actores trabajen juntos en la identificación y resolución de cuellos de botella que impiden la integración de mypes en cadenas productivas modernas.
• Ofrezcan incentivos directos como fondos concursables (o incluso incentivos tributarios) que reduzcan los costos de articulación tanto para tractoras como para mypes.
Para cerrar la brecha de capacidades, las capacitaciones presenciales efectivas deben ser continuas, interactivas y adaptadas al contexto del usuario. Pero sus altos costos y limitaciones logísticas reducen su escalabilidad. Las capacitaciones en línea, aunque poco costosas, han tenido impacto limitado por falta de interactividad y personalización.
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Una solución prometedora es el uso de inteligencia artificial (IA). Ello puede reducir significativamente los costos de las capacitaciones y ampliar su cobertura. Cuando la capacitación tradicional está disponible, la complementa, y, cuando no, la sustituye.
Con respecto a la brecha financiera, las mypes enfrentan serias restricciones al financiamiento, afectando especialmente las inversiones en bienes de capital. Tradicionalmente, se ha recurrido a financiamiento subsidiado para abordar este problema, pero, sin avances simultanéanos en las otras brechas, este enfoque suele ser ineficaz. Es más efectivo diseñar programas de financiamiento tanto a tractoras como a mypes integradas en cadenas productivas.
.Escribe: Piero Ghezzi, socio fundador de Hacer Perú das. El financiamiento es ineficaz si faltan capacidades. Igualmente, identificar inversiones necesarias no sirve de mucho sin el financiamiento adecuado para ejecutarlas. Si no abordamos estos problemas de manera integral, pasarán muchas décadas más y no lograremos una mayor inclusión productiva.
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