Contralor General de la República
Diariamente la sociedad peruana reflexiona y cuestiona por qué la corrupción y la inconducta funcional persisten en nuestro país. Se revelan los hechos e identifican a los responsables, pero la respuesta del Estado sigue sin satisfacer a la ciudadanía, sin revertir la sensación de impunidad y más bien terminamos en un inacabable círculo vicioso, en el mismo punto de partida y reflexión.
La corrupción es un problema estructural que venimos enfrentando durante décadas, que persiste y daña la confianza de los peruanos y peruanas en sus autoridades e instituciones, afectando así nuestras perspectivas de desarrollo país.
Un actor estratégico para enfrentarla es la Contraloría General, que tiene la responsabilidad de supervisar y verificar la correcta aplicación de las políticas públicas y el uso de los recursos y bienes del Estado.
Pero no es el único actor llamado a responder con proactividad y firmeza al estar en juego el bien común y futuro de nuestro país, pues este mal compromete la relación, respuesta colectiva y simultánea de distintos actores de nuestra sociedad.
La corrupción no es un problema que toca enfrentar únicamente al gobierno de turno, ni siquiera del Estado en su conjunto, sino de toda la sociedad y de sus ciudadanos. Como lo he señalado en diversos foros, únicamente encontraremos una vacuna efectiva contra este virus estructural, que socava los cimientos de nuestra nación, en la medida que impulsemos el ecosistema de control en el país.
Un ecosistema integrado por actores enfocados en cuidar y brindar las garantías para enfrentar la corrupción, que funcione de forma cohesionada y simultánea como tal, y no como un ecosistema débil e individual que nos llevará a la impunidad. Para hacerlo viable, debemos convocar e impulsar la activación integral del control público que compromete, además de la Contraloría General, al Congreso de la República, al Poder Ejecutivo, a los Gobiernos Regionales y Locales, al Poder Judicial, al Ministerio Público, a la Defensoría del Pueblo, así como a la Procuraduría General del Estado; pero también a la sociedad civil, al “compliance” en el sector privado, la academia y los medios de comunicación.
Todos debemos asumir esta tarea de largo aliento de manera comprometida, siguiendo valores y objetivos esenciales como lo es hoy la lucha contra la corrupción. El Ecosistema de Control somos todos, y solo firmes y unidos pondremos fin al virus de la corrupción.