Cofundadora de Capitalismo Consciente Perú
Con la caída del Muro de Berlín pensamos que el capitalismo –que en los últimos dos siglos había reducido significativamente la pobreza extrema y el analfabetismo, y había incrementado sustancialmente el ingreso per cápita y la expectativa de vida de la gente– había triunfado sobre el Socialismo como el mejor sistema para el desarrollo de la humanidad. Sin embargo, falló en su promesa de generar verdadero progreso y bienestar. Aumentó la desigualdad, pues hoy, los ricos son más ricos y los pobres más pobres, y cientos de millones de personas se acuestan con hambre cada noche.
De otro lado, la corrupción se institucionalizó en las más altas esferas del quehacer empresarial, los gobiernos y la clase política, tal como lo evidenciaron, en nuestro país, los casos Lava Jato, Club de la Construcción y Cuellos Blancos, entre otros. Y como si eso fuera poco, nuestro planeta está cada vez más contaminado, en gran parte por la actividad empresarial y el consumo. Una isla de plástico –cuya área equivale a España, Inglaterra e Italia combinadas– flota hoy en el océano perjudicando la biodiversidad del planeta. Y la pregunta que todos nos hacemos, especialmente los millennials y la generación Z, es ¿dónde están los líderes de hoy para proteger al planeta que heredarán las futuras generaciones?
AC- DC
Estamos viviendo un cambio de era. En el futuro las siglas AC-DC significarán “Antes del Covid y Después del Covid”. Enfrentamos transformaciones profundas que están cambiando casi todos los aspectos de nuestras vidas. Para los líderes empresariales significa gestionar en condiciones muy diferentes, dado que la pandemia esfumó el largo plazo y enfrentan ahora un mundo VUCAD: Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo y Digital. En la mayoría de nuestros países la libertad y la democracia están amenazadas por corrientes populistas, tanto de extrema izquierda como de extrema derecha. Nunca se han reportado niveles tan altos de desconfianza y rechazo a las empresas.
El capitalismo ha muerto
El capitalismo de los últimos 50 años –el llamado capitalismo de Friedman– es insostenible, y como dijo el CEO de Salesforce, “tal como funciona hoy, está muerto”. Según estudios de Edelman, la mayoría de las personas en todo el mundo cree que el capitalismo hace más daño que bien. Es el capitalismo del corto plazo, cuyo propósito es maximizar las utilidades para los accionistas, bajo un esquema de “compliance” que se basa en el estricto cumplimiento de lo que la ley permite vs. lo ético y moral. Es el capitalismo del “greenwashing” y “purpose washing” que aún no se da cuenta de que, en esta era DC, los “stakeholders” –incluidos consumidores, redes sociales y activistas del mercado de capitales– vienen ganando mucho poder y presionarán, aún más, a las empresas a atender sus necesidades y expectativas. Aquellas que no se adapten no sobrevivirán, tal como lo ha advertido el profesor Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial.
Larga vida al capitalismo consciente
Para sobrevivir, el capitalismo tendrá que transformarse. Los CEO tendrán que ejercer un Liderazgo Consciente que se inspire en un Propósito trascendente de generar valor y bienestar para todos sus “stakeholders”, incluidos la sociedad y el planeta. Las empresas se entenderán como entidades humanas y sociales, además de económicas, que potencian el talento de sus colaboradores y ganan el corazón de sus clientes. Paradójicamente, esto les traerá enormes beneficios económicos en el largo plazo y una mayor resiliencia en el incierto mundo DC.
Elevando la humanidad
Asumamos el compromiso de liderar conscientemente y trabajar con optimismo para crear un futuro en que las empresas –chicas, medianas y grandes –sean ciudadanas corporativas actuando en cadenas generadoras de valor y bienestar para la sociedad. Un futuro donde los problemas sociales son enfrentados mediante un esfuerzo conjunto entre empresa, estado y sociedad civil. Un futuro en el que los líderes empresariales han expandido su nivel de consciencia y son admirados por su empatía, humildad e integridad. Un futuro en el que la empresa eleva a la humanidad. El sentido de urgencia indica que es el único camino que tenemos los empresarios si aspiramos a una sociedad más inclusiva, equitativa y próspera para todos.
¡El capitalismo ha muerto! ¡Larga vida al capitalismo consciente!