Profesor de los Programas de Educación Ejecutiva de ESAN
Los fideicomisos de adelanto de obra y materiales incentivan la participación de más constructoras en la licitación de obras y suelen mejorar la rentabilidad de las pequeñas y medianas constructoras. Sin embargo, se necesita más difusión, pues aún son un mecanismo nuevo en el Perú.
¿Sabías que al 2021 había más de 32,500 constructoras registradas en el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE) con capacidad para contratar obras hasta por S/685,000 millones? De este total, 5,400 eran pequeñas y medianas empresas (pymes) que afrontaban dificultades para conseguir cartas fianzas para solicitar adelantos de obra y materiales.
Debido a esta dificultad, muchas empresas incluso no participan en más licitaciones y las obras adjudicadas registran un avance lento, ya que los contratistas no consiguen cartas fianzas y deben financiar el inicio de la obra con sus recursos. Ante esta situación, los fideicomisos de adelanto de obra y materiales constituyen una gran alternativa para las pymes constructoras y el Estado, dado que suelen ser más rentables para las empresas e incentivan la participación de más competidores en los concursos.
Una opción más rentable
Cuando una pyme constructora necesita que le entreguen adelantos de obra y materiales, el contratante suele exigirle una carta fianza en garantía. Ello suele llevarle a pagar una comisión similar a un crédito bancario y dejar un depósito en garantía equivalente entre el 30% y el 100% del monto de la carta fianza para mitigar el riesgo de ejecución. Sin embargo, estas exigencias consumen su capital de trabajo e impactan en la rentabilidad de la empresa.
Por esta razón, muchos constructores prefieren no participar en licitaciones de obra pública, lo que reduce la beneficiosa competencia para el Estado, así como el desarrollo de las empresas. Además, debido al aumento en la percepción de riesgo del sector construcción por el incremento en ejecuciones de garantías o temas asociados a compliance, la entrega de cartas fianzas se ha ralentizado y encarecido, lo que restringe aún más el acceso a nuevos negocios y limita su viabilidad a mediano plazo.
Frente a esta delicada situación, otorgar adelantos a través de fideicomisos, bajo la regulación de la Ley de Contrataciones del Estado, mejorar la rentabilidad de las pymes, reducir las barreras de entrada a las licitaciones y propiciar una mayor competencia reduce los riesgos de paralizaciones por falta de recursos del constructor y facilita el inicio más temprano de la obra. Al contar con un supervisor independiente, el fiduciario busca que los adelantos se apliquen de manera directa y exclusiva en la obra y que su avance no se detenga, lo que aumentará la confianza en la entidad pública y los organismos de control.
El esquema es muy sencillo: solo hay que firmar un contrato con un fiduciario que luego entregará los recursos que le depositó la entidad pública, según lo vaya requiriendo el constructor y validando el supervisor del fideicomiso.
¿Por qué elegir el fideicomiso de adelantos de obra y materiales?
A diferencia de las cartas fianzas, los fideicomisos de adelanto no requieren que el constructor inmovilice un depósito dinerario como garantía en la entidad financiera, hipoteque sus bienes en garantía o incurra en un crédito bancario para financiar el depósito en garantía. Por ello, el costo del fideicomiso suele ser más económico que el de una carta fianza y permite a la pyme conservar su capacidad de financiamiento, mejorar la rentabilidad del constructor y afrontar mejor las contingencias de la obra.
Dado que el fideicomiso aún es un mecanismo nuevo en el Perú, solo basta una mayor comunicación para que su uso se difunda. En ese sentido, es importante explicar a las entidades públicas y a las empresas constructoras los beneficios que obtiene el país al promover mecanismos como este que favorecen la concurrencia, la competencia y la rentabilidad de los proyectos licitados.