CEO de Exellixi Group
Las recientes encuestas de Ipsos hablan de que 56% de los peruanos piensa que nuestro país está retrocediendo. Definitivamente, esta es una cifra que nos da una alerta. En retrospectiva, es la percepción más extrema después de la crisis de hiperinflación y terrorismo de los años 90.
Sin duda todos sentimos que remamos fuerte para salir adelante. No obstante, si 56% percibe que retrocedemos, es momento de ver qué nos puede ayudar a impulsarnos a través de los vientos que soplan en contrario. Nuestros pensamientos y expectativas condicionan nuestras acciones, las que finalmente terminan en profecías autocumplidas.
Aún con un entorno inestable y volátil, el optimismo aflora en el espíritu humano por naturaleza. Mantener el foco en mejorar hacia adentro, pensar en ser más eficientes y productivos abriéndonos a nuevas soluciones; son formas de sortear este temporal. La tecnología es una gran aliada.
Al crear nuestra propia profecía, podemos sumar signos que hacen tangibles los logros. Esto funciona como una maratón, hay que mantener la mirada en los hitos de la ruta, para no perder motivación, ritmo y sensación de avance. Aquí algunos tips de metodologías ágiles que funcionan y pueden ayudar:
1. Mirada diaria. Además del trabajo permanente por mejorar la performance, cada mañana deben reunirse 30 min al empezar la jornada. Es el momento de decir cómo nos sentimos y ver el bosque.
2. Avance de ayer. Hablar de lo que se avanzó el día anterior, de los compromisos cumplidos, actividades y entregables que nos acercaron a las metas. Cuanto más objetiva es esta mirada, mejor. Herramientas digitales como Trello o Asana ayudan a ver las actividades, sus tableros Kanban hacen tangibles nuestros avances. De otro lado, un dashboard de KPIs de progreso diario aporta la vista de los pasos sucesivos que nos aproximan a lo que nos hemos propuesto.
3. Plan de hoy. Otro punto de conversación es qué vamos a hacer en ese día que comienza. Esta declaración pone un compromiso real con el equipo, permite ganar confianza, establecer prioridades y alinear esfuerzos. Aquí no hay competencia por quien hace más, sino en cómo juntos avanzaremos más lejos.
4. Reconocer obstáculos. Decir clara y honestamente qué será una dificultad, un riesgo o una traba. De esta forma, lanzamos ideas, ayudarnos entre todos y resolvemos los obstáculos del camino. Esto ayuda a que nos anticipemos en mayor medida y que nuestra mirada siempre esté adelante.
En la encuesta de Ipsos, 6% de peruanos percibe que progresa a pesar de las circunstancias. Aún podemos poner la mirada en aquello que sí podemos hacer y pensar en qué debemos seguir haciendo, qué dejaremos de hacer, qué hay que empezar y qué evitar para alcanzar lo que nos proponemos. Nuestro principal reto es mantener el ánimo y reconocer nuestros pequeños logros, creando así nuestra propia profecía. ¿Te animas a pensar en la tuya?