Gerente central de Consultoría en Salud y Beneficios de Marsh Perú
El 13 del presente mes se conmemoró el día mundial de la Lucha contra la Depresión y, en un panorama como el actual, nos hace preocuparnos cada vez más sobre la salud mental de las personas. A nivel empresarial, los ejecutivos deben de preguntarse si es que internamente se le está dando la debida importancia a esta cuestión, y si no, ver como cambiar este aspecto.
El informe Reinventando los Beneficios de Marsh nos muestra que el 44% de las organizaciones encuestadas buscan mejorar los programas de salud mental que ya tienen implementados. Asimismo, otro 38% declaró en el mismo informe que potenciará un plan de comunicación enfocado en el cuidado de la salud mental, tanto de sus colaboradores como de sus grupos de interés.
Con ello podemos observar la creciente preocupación frente a esta situación. Localmente, nos hemos percatado que las empresas han intensificado las acciones tanto de prevención, como de detección y soporte ante problemas de salud mental de sus trabajadores. Es importante identificar oportunamente los factores tanto intralaborales como extralaborales que pueden impactar negativamente, así como a aquellos grupos de colaboradores que pueden ya estar sufriendo alguna afectación y desplegar herramientas de ayuda. Soluciones como programas de atención psicológica, de manejo de estrés y ansiedad, así como de autoayuda, vienen teniendo un crecimiento importante en las organizaciones.
A propósito, el Minsa detalló que, durante el año pasado, la opción 5 de la línea 113 logró atender más de 100 mil llamadas sobre salud mental, poniendo sobre la mesa que la situación de los peruanos en este tema se vio severamente afectada debido a la coyuntura, tanto la pandemia como las diversas crisis que atraviesa el país. La entidad reportó que durante el 2021 se ocuparon un total de 1 296 000 casos a través de los 208 centros de salud mental comunitaria y diferentes establecimientos de salud en el país.
Riesgo global
De acuerdo con el Global Risk Report elaborado por el World Economic Forum, con el apoyo de Marsh McLennan y otras organizaciones, el 23% de los encuestados delimitó al deterioro de la salud mental como uno de los 5 principales riesgos globales que empeoraron durante la pandemia del COVID-19; adicionalmente, un 26% acordó que este riesgo tiene la probabilidad de convertirse en una amenaza crítica para el mundo durante los próximos dos años.
En el informe se detalló al riesgo como la generalización de las dolencias y/o trastornos de salud mental en todo el mundo y en múltiples demografías, que repercuten negativamente en el bienestar, la cohesión social y la productividad: ansiedad, demencia, depresión, soledad, estrés, etc.
Tal ha sido el impacto causado por la pandemia y las medidas restrictivas que los gobiernos tuvieron que llevar a cabo para poder salvaguardar la salud física de sus ciudadanos, que fue la salud mental la que se vio perjudicada. Las restricciones en movilización y las paralizaciones laborales y sociales afectaron a una gran cantidad de la sociedad, impidiendo y cortando, en muchos casos, las vías de socialización y cercanía que las personas tenían con familiares y amigos.
En ese sentido, este año estamos entrando a un escenario post pandémico, donde el regreso a la presencialidad se ve cada vez más cercano, es importante seguir impulsando también desde las organizaciones el cuidado de la salud mental, tanto para nuestros colaboradores como para los grupos de interés, pues en un entorno como el que nos encontramos, resulta una prioridad cambiar el estado actual de este riesgo y velar por la mejora de quienes han sido afectados por ello. Es necesario desarrollar planes de comunicación y esfuerzos internos para asegurar la correcta gestión de la salud mental dentro del entorno laboral.