Managing Director de Globant para Latinoamérica
En abril se estrenó la película Air, donde se cuenta la historia de cómo Nike revolucionó la industria de las zapatillas al firmar un contrato con Michael Jordan. Lejos de que esto sea una crítica cinematográfica, quiero detenerme en Phil Knight, representado por Ben Affleck, quien fue el fundador y CEO de la compañía. Se resalta su perfil excéntrico, fanático de los deportes y líder de una cultura juvenil.
Lo que no muestra la película porque trata de otra cosa, pero también formaron parte de las habilidades de Knight, es que durante años hizo foco en crear una marca, tuvo una visión particular para desarrollar la distribución y lideró la expansión internacional con un éxito sin precedentes. El perfil de los sucesores fue similar hasta que en 2020 cuando tuvieron que elegir al nuevo director ejecutivo optaron por John Donahoe, con pasado eBay y PayPal, pero poco conocimiento de la cultura de las zapatillas. Todo un cambio de época: mientras el mundo de los negocios está atravesado por la irrupción de la inteligencia artificial, los conocimientos en tecnología son indispensables para los líderes.
El fenómeno alcanza a todas las industrias: en 2020, Arvind Krishna, PhD en ingeniería eléctrica y referente de inteligencia artificial y blockchain dentro de la empresa, se transformó en el nuevo CEO de IBM y en 2022 una compañía de barbacoas, Weber, eligió a su CTO cuando el CEO dejó el cargo.
Contrariamente a lo que se pensaba antes, las organizaciones van de afuera hacia adentro: es decir, siguen el pulso de los consumidores y luego deben encontrar soluciones. En el último tiempo, donde trabajar, pagar las cuentas, tener reuniones, hacer las compras, comunicarse y disfrutar el tiempo libre se resuelven de manera digital, el background tecnológico es mandatorio para quienes toman las decisiones. Hay unas nuevas reglas del juego propuestas por los consumidores y todos deben adaptarse.
No existe un checklist sobre los conocimientos de tecnología y, de hecho, cada sector tiene sus propias especificaciones. El desafío es tener la sensibilidad para identificar lo necesario y promoverlo en los equipos para que el conocimiento sea parte de los procesos y las relaciones humanas. A su vez, brindar herramientas con proyección puede ser un factor clave en la retención del talento, el principal driver de crecimiento en el cual están invirtiendo las compañías, según la encuesta a ejecutivos de PwC Pulse Survey 2022.
En esta era más que nunca, la formación de equipos idóneos es un factor central del negocio. Ningún directivo por bueno que sea resuelve todo por sí mismo. La cooperación es una cualidad fundamental. Internet, la principal red del mundo crece todos los años y superó los 5000 millones de usuarios sin un CEO, pero con el aporte individual de millones de personas distribuidas en todo el planeta.
Más allá de los conocimientos técnicos, en la era de la inteligencia artificial, donde el alcance de los cambios es difícil de determinar, también obliga a los CEO a estar abiertos al cambio y ser capaces de gestionarlo.
En un reciente informe del Foro Económico Mundial sobre el Futuro del Trabajo se concluyó que uno de cada cuatro empleos se verá modificado por la inteligencia artificial. Si bien por un lado significa el reemplazo de muchas tareas, también significa la creación de nuevos puestos. Liderar en el dinámico mapa laboral es un valor fundamental, pero de todos los nuevos escenarios que pueden surgir, ya hay una conclusión terminante: los CEO deben seguir capacitándose en nuevas tecnologías.
En el inicio de una nueva era, no solo la formación cognitiva es valorada, sino también las habilidades blandas como la resiliencia, la productividad y el coraje. Los líderes que estén dispuestos a romper con el viejo paradigma y dispongan de la mentalidad de estar un paso adelante serán aquellos que se terminarán imponiendo como parte de la selección natural del proceso.