Escribe: Giovanna Prialé, presidenta de la AAFP.
La última encuesta de la consultora Impronta Research arroja que el 61% de afiliados retiraría sus ahorros para la jubilación luego de la aprobación del séptimo retiro. Entre las principales razones para hacer el retiro, 43% quieren tener disponibilidad de dinero, 37% irían a pagos, 31% buscarían invertirlo y 29% lo usarían para emergencias. Como vemos, nadie piensa en tener una pensión al llegar a la vejez.
Lo real es que, desde la emisión de la Ley 95.5% (que incluye el retiro del 25% para el primer inmueble) hasta el sexto retiro aprobado en el 2022, en total han salido del Sistema Privado de Pensiones (SPP) S/ 142,088 millones (14% del PBI) y, en promedio, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), 626,730 afiliados han usado en promedio cerca de S/ 95,000 en el primer caso y más de 6 millones han hecho lo propio con un monto máximo retirado de S/ 70,100 en el segundo.
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A diferencia de lo que señala un sector de congresistas, y si bien hay oportunidades de mejora, el sistema de capitalización individual no es un fracaso y, por el contrario, lo que se requiere es fortalecerlo. Lo que hoy no existe es una política pública que garantice el pago de pensiones para todos los peruanos.
Las AFP otorgaron pensiones antes de la Ley 95.5%, equivalentes hasta el 73% del sueldo de un trabajador si este aportaba con regularidad. Es decir, si era empleado formal. A pesar de esta nociva ley y de los perniciosos retiros posteriores, el sistema de capitalización individual ofrece el mayor retorno y comisiones competitivas.
La rentabilidad nominal anual desde la creación del sistema de AFP es de 10% al año. Esto ha permitido que al momento de la jubilación (65 años), de cada S/ 300 en la cuenta de cada afiliado, S/ 200 sean rentabilidad y S/ 100 aporte. Las comisiones del sistema de AFP, medidas como ingresos por comisiones entre fondos administrados, es de 0.94%, semejantes a las de los países de la Alianza del Pacífico.
Lo que el sistema de capitalización individual no puede hacer es ofrecer una garantía de pensión mínima sin el compromiso del aporte estatal y del cofinanciamiento del empleador, debido a que ocho de cada 10 trabajadores cuentan con ingresos inferiores a S/ 1,900 mensuales y solos no podrían ahorrar para una pensión en ningún sistema de pensiones.
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Lo que se necesita es reformar el sistema e incluir pensión mínima, diversas fuentes de financiamiento, nuevas modalidades de aporte y más productos acordes con las necesidades del trabajador independiente.
Toda reforma del sistema previsional requiere esfuerzo fiscal y eso lo debe tener presente el Consejo Fiscal, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva (BCR). Si no se hace hoy, la deuda contingente del Estado para el pago de jubilaciones será cada vez mayor y el costo de su financiamiento también, lo que mañana será insostenible y tendremos un país sin pensiones.
Entonces, ¿por qué los ciudadanos que ahorran en el sistema de capitalización individual han retirado su dinero? Pues hay múltiples razones, como vimos en el primer párrafo, y ese impacto en el menor ahorro interno y en el mayor consumo presente es un daño directo a la población de ingresos más bajos, porque es dinero que se deja de invertir y deja de generar empleo, para gastarse en pago de deudas, compra de electrodomésticos o viajes.
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Los peruanos han utilizado, en varias oportunidades, sus fondos para la jubilación, a diferencia de lo que ha ocurrido con los trabajadores que aportan en el sistema público, porque precisamente el dinero se ha rentabilizado y está ahí, en sus cuentas individuales. Las leyes, desde el 95.5% hasta el sexto retiro, junto con el pronunciamiento del Tribunal Constitucional (TC), han convertido a esta fuente de ahorro en un ahorro obligatorio para uso común y, por ello, urge restablecer su finalidad original, que es otorgar una pensión de jubilación.
A esto hay que añadirle que el sistema público debe convertirse en uno basado en cuentas individuales, para así evitar que el trabajador no vea el fruto de su esfuerzo, y darle facultades a la SBS para que se resuelvan problemas paramétricos, como tabla de mortalidad, requisitos para pago de pensiones, flexibilización en modalidades de aportes, etc. Aún estamos a tiempo.
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