Presidenta de la Asociación de AFP
Antes de que se creara el Sistema Privado de Pensiones (SPP), los trabajadores contribuían a la seguridad social (IPSS) y sus ahorros iban a una bolsa común. Entre 1981 y 1988, la rentabilidad promedio anual de los fondos de pensiones en ese sistema estatal fue de -37.1%. Hoy, con un sistema mixto, la situación es otra. El SPP, con una rentabilidad promedio anual de 11% desde su creación, tiene espacios de mejora. Pero para la ansiada reforma deben primar las evidencias y la información real, no mitos ni falsedades.
(1) Ahorro personal. En el SPP los afiliados son dueños de su fondo. Al momento de jubilarse, según la composición de todo el fondo, de cada 3 soles aportados, 2 son ganancia generada por las AFP. Si un afiliado solo hubiera aportado 100 soles hace 28 años, no hubiera hecho algún aporte adicional y se le aplicara la rentabilidad del Fondo 2, ahora tendría 1,947 soles en su cuenta personal. Durante la pandemia, 5.6 millones de peruanos hicieron uso de su ahorro para la jubilación, mediante retiros, por un monto acumulado de 65.9 mil millones de soles (cerca de S/ 11,800 por persona). Además, entre enero y agosto de 2021, más de 11 mil afiliados accedieron a pensiones de sobrevivencia.
(2) Deuda Social. El Estado tiene una deuda de 8 mil 395 millones de soles con 636,471 afiliados al SPP: las autoridades del gobierno central, gobierno regional y local, les descuentan todos los meses a los trabajadores para “aportarlo a la AFP” y no lo hacen. Es muy difícil recuperar ese dinero porque las entidades públicas son inembargables. Se podría resolver esta acción, a todas luces inmoral, si se centralizara el pago en el MEF y se modificaran las leyes de autonomía de los gobiernos subnacionales, para que el aporte de los trabajadores vaya directamente a sus fondos. (3) Porcentaje de PBI destinado a pensiones. Mientras Europa y Latinoamérica le destinan en promedio 12.7% y 4.3% del PBI al pago de pensiones, respectivamente, en Perú la cifra se reduce a 1.6%. ¿Cómo va a ahorrar para su jubilación una persona que gana mensualmente el salario mínimo? ¿Por qué México ha hecho una reforma en la que el Estado pone 1.9% del PBI para financiar las pensiones de las personas de menos ingresos? Ya la OIT menciona el acceso a la pensión como un derecho universal y señala la responsabilidad tripartita (Estado, empleador y trabajador) para financiar pensiones.
En el Perú, antes de la pandemia, 6 de cada 10 afiliados ya no contribuían a su fondo. Hoy, después de los 5 retiros aprobados por el Ejecutivo y el Congreso, tenemos 2.33 millones de personas sin un solo sol en sus cuentas y 1.8 millones de peruanos que, teniendo trabajo, sacaron su dinero para fines no necesariamente de urgente necesidad, afectando su jubilación. En Chile, un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago observó que lo que más creció con los retiros fue el gasto en autos y vacaciones.
Cuando los peruanos necesitaron su dinero, este estuvo ahí, multiplicado por la rentabilidad. No tuvieron ningún problema en disponer de él. Ello a pesar de que la OCDE señaló que “el covid-19 se combate con los presupuestos del Estado, pero no con los ahorros previsionales”.
Ahora toca luchar por una reforma que dé acceso a pensiones en un sistema más inclusivo, innovador, costo-eficiente, con más actores ofreciendo servicios de calidad. ¿Dónde están los líderes del Ejecutivo y del Congreso para fomentarla? Es necesario alentar, de la mano de la evidencia, una reforma que promueva el acceso a una pensión que realmente sea un derecho universal.