Redacción Gestión

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Según los últimos estimados del Ministerio de Economía y Finanzas, el en el 2014. Sin embargo, anota que si se diese el fenómeno "El Niño" en una magnitud similar al ocurrido en el periodo 1997-1998, el se limitaría a tan solo 3.5%. ¿Cómo se ocasiona este fenómeno y por qué tiene consecuencias tan devastadoras sobre nuestra economía?

El ENSO (El Niño Southern Oscilation), como es conocido científicamente, se origina con el debilitamiento de los vientos alisios que convergen al norte de Australia y al sureste de Asia. Luego, la mayor temperatura superficial del mar causada por la ausencia de vientos, junto con la formación de nubes consecuencia de la mayor volatilidad de la presión atmosférica, se desplaza gradualmente hacia el este hasta llegar a la costa oeste de América.

Como explica el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI), "Estos cambios afectan las poblaciones de peces, especialmente en las áreas del Pacífico americano y, por ende, la actividad pesquera en ellas. Los cambios en la circulación atmosférica alteran el clima global, con lo que se afectan la agricultura, los recursos hídricos y otras actividades económicas importantes en extensas áreas del planeta".

En la práctica, regiones que normalmente son secas –como la costa norte peruana- se ven enfrentadas a lluvias intensas mientras que la temperatura del mar se eleva por encima de 1°C respecto a la media, modificando el ecosistema.

Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) "El Niño" del 1997-1998 causó daños por el 6.2% del PBI debido principalmente a la caída en los sectores pesca y agricultura –que afectaron la manufactura primaria- y la destrucción de infraestructura. Según Macroconsult (2012), el impacto de aquel "El Niño" produjo una pérdida de US$ 1,600 millones en infraestructura de viviendas, educación y salud.

Si bien todavía no se confirma la magnitud de "El Niño" que podría llegar este año, pareciera que será menor al del 1997-1998. De todas maneras, debemos ser precavidos.