Editorial de Gestión. Una de las labores más complicadas a las que se enfrentará la próxima mesa directiva y todo el pleno, es la decisión que deban tomar frente al camino que sigan las investigaciones fiscales que involucran al presidente Pedro Castillo. (Foto: Andina)
Editorial de Gestión. Una de las labores más complicadas a las que se enfrentará la próxima mesa directiva y todo el pleno, es la decisión que deban tomar frente al camino que sigan las investigaciones fiscales que involucran al presidente Pedro Castillo. (Foto: Andina)

CONGRESO. En una semana los parlamentarios deberán elegir una nueva Mesa Directiva que acompañará el segundo año de gobierno de Pedro Castillo, en una coyuntura por demás tempestuosa y que no parece poder encontrar calma en el corto plazo. El escenario político ha cambiado mucho en solo un año. El Congreso, que inició con ocho bancadas, hoy cuenta con 11 y al parecer el sueño de la “bancada propia” podría llevar a una atomización aun mayor, un factor que, sin duda, afecta la búsqueda de consensos en un Parlamento altamente polarizado –cuando no se trata de ideas conservadoras–.

En muchos aspectos, la presidencia de Maricarmen Alva será para el olvido, y quien la suceda deberá evitar repetir sus errores. Su labor será primero hacia la interna del Congreso, buscando conciliar posiciones y buscar consensos para ordenar “la casa”, pues aún quedan pendientes temas importantes para el país como la elección del nuevo Defensor del Pueblo, la reconsideración de la reforma constitucional sobre la bicameralidad, la derogatoria del decreto supremo que modificó el estatuto de la Derrama Magisterial y la ley que penaliza la difusión de información en investigaciones fiscales planteada por el Ejecutivo.

Además, frente a la tan reclamada transparencia en el Ejecutivo, el nuevo titular del Congreso tendrá que reconstruir la relación de Poder Legislativo con la prensa, pues Alva no fue el mejor ejemplo de comunicación abierta.

Pero quizás una de las labores más complicadas a las que se enfrentará la próxima mesa directiva y todo el pleno, es la decisión que deban tomar frente al camino que sigan las investigaciones fiscales que involucran al presidente Pedro Castillo y los pasos que dé la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales luego que el pleno del Congreso aprobara el informe de la Comisión de Fiscalización que recomienda acusar constitucionalmente al mandatario. Ambas situaciones podrían llevar a la salida de Castillo.

En este escenario será fundamental quién sea elegido como presidente del Parlamento. Sus características profesionales y su capacidad de convocatoria serán vitales para que el país pueda transitar de la manera más adecuada un año que resultará decisivo para el país.