Editorial de Gestión. Mientras casi el 80% de los trabajadores sean informales de nada servirá incrementar la RMV. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. Mientras casi el 80% de los trabajadores sean informales de nada servirá incrementar la RMV. (Foto: GEC)

INGRESOS. Desde hace varios años, diferentes gobiernos han utilizado a la remuneración mínima vital como una carta para ganar réditos políticos. Este gobierno ya hizo lo propio cuando en abril de este año incrementó la RMV de S/ 930 a S/ 1,025.

Será difícil conseguir que trabajadores y empleadores se pongan de acuerdo sobre este tipo de incrementos. Sin embargo, años atrás el Consejo Nacional de Trabajo (el espacio creado para el diálogo tripartito) sí logró llegar al acuerdo de que el monto se revisaría cada dos años y que se aplicarían criterios técnicos para establecer su incremento. El problema es que a pesar de trabajar en ello nunca quedó claro cuáles serán los criterios metodológicos por aplicarse.

A pesar de lo popular de la medida, lo cierto es que si el alza de la RMV no sigue criterios técnicos puede generar perjuicios más graves en materia de empleo formal. Es más, un estudio realizado por Grade sostiene que el incremento de la RMV genera efectos negativos para el empleo formal y que si se da por encima del salario de equilibrio, genera desempleo. Por ello los especialistas siempre subrayan que la mejora de la RMV debe estar vinculada a la productividad y a la tasa de inflación anual.

Pese a toda esta información, el ministro de Trabajo, Alejandro Salas, dijo que su sector prepara una propuesta de norma para que la remuneración mínima vital se ajuste anualmente utilizando datos como la “inflación total efectiva” —aunque nunca explicó qué implica dicho concepto— para que se resguarde la capacidad adquisitiva de los que tienen menores ingresos.

Si bien una revisión anual puede ser válida, antes de pensar en la periodicidad es importante establecer los criterios que se utilizarán para la mejora. La evaluación técnica es una carencia que distingue al actual Gobierno, sobre todo en materia laboral —prueba de ello es la marcha atrás que se ha dado en materia de tercerización para el Estado—, por lo que antes de seguir generando estrés en el reducido sector formal con que cuenta el país y poniendo mayores trabas a las que buscan formalizarse, es indispensable apostar por ampliar el número de trabajadores que cuenten con una RMV, y eso solo se consigue fomentando la inversión para que se creen más puestos de trabajo formal.

Mientras casi el 80% de los trabajadores del país sean informales de nada servirá incrementar la RMV.