NUEVO GOBIERNO. El exguerrillero Gustavo Petro recibió ayer sus credenciales de presidente electo de Colombia, y desde el 7 de agosto sucederá a Iván Duque. El mandatario electo se impuso en el balotaje a Rodolfo Hernández, con promesas de cambio y en momentos en que la inflación y las secuelas de la pandemia golpean la economía colombiana.
Petro será así el primer gobernante de izquierda en la historia de Colombia y además ahonda el giro de América Latina hacia esa tendencia, a la que también podría sumarse dentro de poco Brasil.
El sucesor de Duque tiene entre sus planes de gobierno una reforma de pensiones, mayores impuestos para los altos ingresos, aunada a una reforma fiscal que le permita solventar el mayor gasto social que implican sus propuestas.
Si bien el partido de Petro no tiene mayoría en el Congreso, habría logrado apoyo de algunas agrupaciones políticas, lo que podría permitirle avanzar con parte de su agenda política. Es de esperar que las alianzas que logre formar sirvan también de filtro para las propuestas más radica-les del presidente electo.
En esa categoría podrían caer sus planes de frenar la producción de hidrocarburos y carbón de Colombia. Petro propone prohibir la realización de nuevos proyectos petroleros, aunque insiste en que se respetarán los acuerdos vigentes. La industria petrolera es clave para Colombia, ya que representa casi la mitad del total de sus exportaciones y brinda el 10% de los ingresos al gobierno, por lo que las declaraciones de Petro generan por lo menos preocupación.
Petro afirma que buscará desarrollar el capitalismo de Colombia, para primero “superar la pre-modernidad del país”. Esperemos que estas declaraciones se vean reflejadas en las primeras designaciones que se den a conocer sobre su gabinete de ministros, y si estas incluyen también miembros de otros partidos que permiten cierta gobernabilidad.
En su discurso inicial, Petro propuso un gran diálogo nacional, y eso es lo que hará falta para que el país socio del Perú en la Alianza del Pacífico pueda sortear el complicado panorama eco-nómico mundial que enfrenta la región. Sumar mayor incertidumbre con políticas fracasadas, como las que suelen llevar a cabo los gobiernos de izquierda en la región, no hará más que complicar esa tarea. Las primeras declaraciones de Petro no despejan las dudas.
La elección de Petro es un quiebre en la tendencia política de Colombia. Ojalá no venga también acompañada de un quiebre de sus políticas económicas, que pese a sus deficiencias, son las que lograrán consolidar un crecimiento económico que permita aliviar las desigualdades de ingresos, un objetivo por el que dice luchar el presidente electo.