Brexit
Brexit

BREXIT. Boris Johnson acaba de asumir el cargo de primer ministro del Reino Unido, y ahora tiene en sus manos el poder para llevar a cabo lo que ha venido impulsando desde hace años: la salida de la Unión Europea.

Johnson, a quien se le acusa de haber al menos dicho medias verdades y tomar a la ligera las consecuencias de una salida del bloque europeo, sucede así a Theresa May, quien tuvo que dimitir tras infructuosas negociaciones para lograr la aprobación de un acuerdo para el Brexit.

El acuerdo básicamente prevé un periodo de transición luego del Brexit, un plazo donde casi no se alterarían las actuales relaciones entre las partes. Asimismo, considera una salvaguarda que evita que se instaure una frontera “dura” entre Irlanda del Norte (que forma parte del Reino Unido) y la República de Irlanda (que se mantendría como miembro de la UE). Este es el punto polémico del acuerdo que logró May y que ahora su sucesor quiere dejar de lado.

En sus primeras declaraciones, Johnson ha insistido en que la cláusula de salvaguarda de Irlanda debe ser abolida para lograr un nuevo acuerdo con el bloque. Pero la UE ya ha dejado claro que no está dispuesto a eliminarla.

Johnson, sin embargo, parece dispuesto a presionar a la UE con la amenaza de abandonar el bloque el 31 de octubre, incluso sin un acuerdo, lo cual hundiría en una recesión a la economía británica. La apuesta del nuevo primer ministro es riesgosa incluso para la supervivencia de su propio Gobierno. La mayoría de legisladores británicos no desean una salida abrupta del bloque, y han aprobado medidas para evitar ese escenario. También ya se ha advertido de una moción de censura contra Johnson para evitar el llamado Brexit duro.

Por ello, con Londres exigiendo un nuevo acuerdo y Bruselas sin disposición a modificarlo, poco parece haber cambiado el panorama que afrontaba May. La caída de la libra, desde que la opción de Johnson como primer ministro empezó a cobrar fuerza, es un indicativo de las malas perspectivas que tienen los mercados.

Quedaría esperar que ahora que ostenta la responsabilidad del cargo, y afronte en carne propia lo complicado que será cumplir sus promesas, Johnson pueda aterrizar en un plan viable. No obstante, la designación de un Gabinete conformado por euroescépticos no es una buena señal para los tres meses que quedan hasta la fecha límite del Brexit. En tanto, las opciones de un Brexit duro, nuevas elecciones generales o un nuevo referendo seguirán sumando incertidumbre sobre el panorama de la economía mundial.