CRISIS POLÍTICA. La renuncia del ministro Avelino Guillén trajo cola, pues la premier Mirtha Vásquez también presentó su dimisión, basada en que no logró consensuar con el presidente el nombre de quién ocuparía la cartera del Interior. Pero Vásquez no se quedó allí, sino que, en la carta que escribe para dejar su cargo, señala que existen “posibles actos de corrupción cometidos por funcionarios de alto nivel de esta administración”, hechos de los que antes nunca habló y sobre los que seguramente no hubiera dicho nada si hubiese llegado a un acuerdo sobre el sucesor de Guillén, y con esta actitud resta a la imagen de lucha contra la corrupción que quiere dar a entender la expremier. Mirtha Vásquez debió hacer la denuncia cuando tenía el cargo.
Si bien ayer juramentó un nuevo Gabinete, le corresponderá al presidente Pedro Castillo aclarar todas las apreciaciones que en sus cartas de renuncias han hecho los exministros Mirtha Vásquez, Pedro Francke y Avelino Guillén. A siete meses de asumir el cargo, poco importa si el mandatario no se siente preparado, pues le corresponde asumir la tarea sin excusas.
Sin embargo, si alguna persona tenía la idea de que el cambio de Gabinete podía significar algún avance para el país, los nombramientos de ayer solo generan más dudas, y así lo evidencia la primera declaración del premier Héctor Valer, para quien “la crisis política ya acabó”, dejando de lado las sombras y dudas expuestas por los funcionarios salientes. Tampoco ayuda, para la tranquilidad que requiere el país, que Valer insista en que desde el Gobierno “se prepara un momento para que pueda darse una nueva Constitución convocando a todas las fuerzas vivas del país”. Aunque haya dicho que se requieren cuatro años para lograrlo, mantendrá la controversia en agenda.
También genera inquietud nombrar en la cartera de Interior a una persona como Alfonso Chávarry Estrada, quien tiene una sentencia por abuso de autoridad y dos procesos por tráfico ilícito de drogas y delito contra la administración pública. No es la mejor garantía si lo que se busca es encontrar a los mejores cuadros.
La nueva composición del Gabinete no significa que se superó la crisis política, pues el Gobierno continúa sumergido en la misma y esta vez no puede culpar a la oposición. Si Castillo no logra mirar al interior y hacer los ajustes necesarios, aunque pueda conseguir el voto de confianza, su situación siempre será inestable, y eso retrasa cualquier avance para acabar con las diversas crisis que afronta el país.