TURISMO. Con cierto retraso, el Mincetur y Promperú han retomado la promoción del Perú como destino turístico internacional. Las activaciones comenzaron hace un mes, primero con la participación en la feria turística Fitur (España), una de las principales del mundo, y luego con el lanzamiento de la campaña “Awaken to Peru” (“Despierta en Perú”), que en principio está dirigida a vacacionistas de Estados Unidos y México. Decimos que fue un poco tarde porque la temporada alta está por arrancar –su pico es en julio-agosto–. En tiempos normales, es la que concentra el mayor número de visitantes.
The New York Times incluyó recientemente al país en un artículo sobre destinos “bucket list” (hay que visitarlos al menos una vez en la vida) y que hacerlo este año es una oportunidad única, pues los viajeros estarán “prácticamente solos”, un argumento de venta que ni Promperú ni las empresas del sector parecen estar aprovechando. Habría que incluir en la estrategia ese y otros tipos de ventajas competitivas que posee el país, sobre todo porque la competencia está más agresiva que de costumbre –Argentina, México y Ecuador, por ejemplo, tienen campañas más completas–. Según la firma proveedora de datos GlobalData, el Perú tuvo la mayor caída porcentual de turismo receptivo en Sudamérica en el 2020, de modo que es necesario trabajar más duro que nuestros vecinos.
Las proyecciones del Mincetur para este año son modestas: 1.22 millones de turistas extranjeros (el año pasado vinieron 900,000). De cumplirse ese cálculo, se habrá igualado el nivel alcanzado en el 2004. ¿Qué se puede hacer para reducir ese retroceso de 17 años? En primer lugar, reforzar la campaña en Estados Unidos y ser más proactivos en Europa. Hay que promover con más intensidad las fortalezas del Perú como destino premium en esos mercados, agregando las que han surgido con la pandemia (“bucket list” y el sello Safe Travels).
Esperanzarse en el posicionamiento del país no será suficiente. Por ejemplo, entre enero y abril solo arribaron 46,400 turistas, de modo que para superar el millón este año hará falta más esfuerzo. Tampoco alcanzará con la promoción del turismo interno. La recuperación del sector depende de ambos segmentos, así como del apoyo del Estado, caso de FAE-Turismo y otros programas de facilidades financieras, de cuyo avance no se informa con regularidad. Otro factor a tener en cuenta será la volatilidad política y la crispación social, pues si continúan, serán mucho más perjudiciales para la imagen del país de lo que están siéndolo ahora.