LA VOZ DEL PUEBLO. La pendiente cuesta debajo de la popularidad del presidente Pedro Castillo parece haberse detenido, por lo menos así lo evidencia la última encuesta de Datum para Gestión que muestra que la aprobación del mandatario se ha incrementado en tres puntos porcentuales. Sin embargo, no es una cifra alentadora, pues apenas está en 23% y este descontento se repite en todas las edades, todos los niveles socioeconómicos y casi todas las regiones del país. Solo en el sur Castillo logra un 41% de aprobación en el desempeño de su cargo.

Sin embargo, a pesar de este fuerte llamado de atención, seguramente Castillo seguirá sin oír a la ciudadanía y desacreditando todos los sondeos de opinión que no le sean favorables. De nada servirá que un 73% considere que aún es necesario realizar modificaciones al interior del Gabinete, las cuales, para un 44%, deberían incluir al premier Aníbal Torres. Pero no se trata de cambiar por cambiar, se requiere de una vez por todas que el mandatario entienda que debe elegir cuidadosamente a los miembros de su equipo para no nombrar personajes con procesos judiciales o sin la experiencia necesaria para llevar adelante su sector. Ejemplos de nombramientos erróneos, lamentablemente, ya hay muchos.

Seguramente de nada servirá que un 71% esté convencido de que el Gobierno no tiene capacidad para resolver los conflictos mineros. Esta cifra que debería servir como un llamado de atención para mejorar y buscar soluciones —que busquen lo mejor para la comunidad (no para unos cuantos incitadores), para el departamento y para todo el país, lo que incluye no espantar a la inversión privada que es la que genera empleo—, caerá en saco roto y el país seguirá viendo cómo continúan los enfrentamientos de peruanos contra peruanos sin que la ley sea aplicada.

Pero del otro lado las cosas tampoco van mejor. El Congreso mantiene una alta desaprobación, a tal punto que consultados sobre cuál es la solución para la crisis política que atraviesa el país un 30% pide la renuncia de Pedro Castillo, y un 33% quiere que se vayan el presidente y los congresistas. Lamentablemente ninguno de los miembros de estos poderes del Estado escuchará el clamor de la mayoría, a pesar de que en sus discursos y monólogos dicen que todo lo hacen porque el pueblo lo pide.

Por ahora, hay una tensa calma entre la población y el Ejecutivo, pues la preocupación de los ciudadanos está centrada en el alza de los precios y en cómo hacerle frente a la crisis alimentaria que se avecina. Pero si desde el Ejecutivo no se asume la necesidad de un cambio de gobierno no debería sorprenderle que el clima comience a complicársele y las personas opten por la calle para hacer sentir su opinión.