Editorial de Gestión. La expectativa de la población obliga al Gobierno a tener una reacción más rápida con acciones concretas.
Editorial de Gestión. La expectativa de la población obliga al Gobierno a tener una reacción más rápida con acciones concretas.

NUEVO GABINETE. Con la conciencia de que el tiempo apremia, el presidente Merino y el premier Flores-Aráoz lograron completar el equipo ministerial que debería estar a cargo del Poder Ejecutivo los próximos ocho meses. Hace dos días advertimos que conocer quiénes estarán a cargo de cada ministerio ayudará a saber si la independencia de poderes será real y despejar otras dudas. Luego de la juramentación queda claro que, si bien hay profesionales destacados, también están presentes personajes controversiales cuyo accionar en las próximas semanas puede significar un dolor de cabeza.

Los flamantes ministros deben mostrar en los hechos que, aun cuando la presidencia de Merino de Lama se debe al Congreso, ellos son un poder diferente y parte de su labor es ser un contrapeso frente al Parlamento. Una primera prueba de fuego será la aprobación del presupuesto 2021 y cómo enfrentar la solicitud de mayor gasto para obras en las regiones. Así como la decisión sobre las autógrafas pendientes, por ejemplo, el retiro del fondo de las AFP hasta 4 UIT. ¿Se actuará sin poner en riesgo la economía? ¿Qué dirá el ministro de Economía, José Arista?

Un tema que no puede soslayarse es la medida cautelar planteada ayer por Telesup, si bien horas después fue retirada, eso no elimina la intención detrás de la medida. El nuevo ministro de Educación debe ser muy claro con relación a la posibilidad de creación de nuevas universidades, su respaldo a la labor de la Sunedu y la certeza que desde el Ejecutivo no se promoverán cambios en la reforma universitaria.

Hizo bien Merino en ratificar que son un gobierno de transición y, por ello mismo, no pretenden generar cambios traumáticos. Por tanto, la presentación ante el Congreso para buscar el voto de investidura también debería darse a la brevedad. Lo peor que podría suceder es que el nuevo gabinete se confíe —tal como le sucedió al gabinete Cateriano—. Por lo pronto, varios congresistas ya adelantaron que no le otorgarán el voto de confianza.

La expectativa de la población obliga al Gobierno a tener una reacción más rápida con acciones concretas. En ese sentido, también haría bien el ministro Arista en iniciar las rondas de conversaciones con inversionistas para aquietar las aguas del mercado.

Este nuevo gabinete no debe olvidar que los primeros días son importantes para transmitir confianza. El nuevo Gobierno invoca tranquilidad, pero en ocasiones sus declaraciones abonan en contra de ese objetivo. Es un buen paso el ofrecimiento de Flores-Aráoz de dialogar, pero mucho mejor sería no minimizar las protestas.