SEGUNDA VUELTA. Después de varias idas y venidas por parte del candidato Pedro Castillo, el pasado sábado se realizó el primer debate con Keiko Fujimori. A nivel formal, más allá de hacerlo en el interior del país –un aspecto a valorar y repetir– y de los moderadores, el formato estuvo lejos de ser un debate, se trató más bien de la presentación de propuestas en cinco áreas sin que se hayan dado réplicas.
A criterio del Centro Wiñaq, Keiko Fujimori fue quien usó mejor su tiempo para hacer propuestas (38%) con apenas cuatro ideas inconclusas, a diferencia de Pedro Castillo, quien usó menos tiempo en propuestas (29%) y tuvo 15 ideas inconclusas.
Analizando los temas de fondo, queda claro que el representante de Perú Libre no ha abandonado las propuestas planteadas por su líder Vladimir Cerrón. Resalta el hecho de ofrecer un 10% del PBI para el sector Educación y 10% más para el sector Salud (capítulos IV y V del plan de Perú Libre). Esta propuesta es inviable, salvo que se plantee dejar sin recursos al resto de sectores que componen el Estado, puesto que el presupuesto para el 2021 es de 23.7% del PBI. Si dos sectores se llevan el 20% quedan apenas 3% para cubrir a todos los demás.
También insiste en temas como la nacionalización del gas y de la minería, que las empresas paguen el 70% de las utilidades (capítulo XVII del plan de Perú Libre) o el cierre a las importaciones de productos que se fabriquen en el Perú. Estas y otras propuestas, como el ingreso libre a las universidades, generan aplausos, pero no van a lograr ningún cambio real, ya que las experiencias en diversas partes del mundo, incluido el Perú, han demostrado que son un fracaso.
En el caso de un tema tan importante como la lucha anticorrupción, Castillo no logró aterrizar en propuestas concretas, por lo que quedó como una simple mención declarativa.
Ante esta realidad, resulta importante que se den los cuatro debates propuestos por el JNE. Además, de seguir escuchando a los candidatos, será vital conocer a los equipos detrás de ellos. En ese sentido, es por lo menos preocupante que Castillo no presente a quienes lideran el tema de salud o economía, pues se trata de temas claves para hacerles frente a la pandemia y a la crisis económica que vive el país. Aunque suene bien decir que “el equipo técnico es el pueblo” y que “a los ministros los elegirá el pueblo”, eso es, finalmente, demagogia. Una elección de ministros tomaría meses y estarían las carteras sin una cabeza que las dirija. El presidente no se puede ocupar de todas las áreas, y pensar que eso fuera posible demuestra un desconocimiento de la labor que desea asumir.