Editorial de Gestión. El MMM tiene que fijar la trayectoria de la recuperación de los ingresos fiscales y de la reducción del déficit fiscal.
Editorial de Gestión. El MMM tiene que fijar la trayectoria de la recuperación de los ingresos fiscales y de la reducción del déficit fiscal.

PROYECCIÓN URGENTE. Una de las primeras medidas económicas que aprobó el Gobierno para hacer frente al covid-19 fue suspender, para este año y el próximo, los límites fiscales de endeudamiento, déficit y crecimiento del gasto del sector público (Decreto Legislativo 1457). Ello ha permitido aplicar una política fiscal expansiva para mitigar los efectos de la emergencia –reparto de bonos, transferencias presupuestarias, programas como Reactiva Perú, Arranca Perú y Myperú, préstamos a mypes y agricultores, etcétera–.

Según un análisis del BCR, dado que ese gasto es transitorio, se espera que retome los niveles previos a la pandemia “rápidamente” y que las medidas tributarias dictadas para aliviar la liquidez de empresas y personas, no afecte la recaudación de largo plazo. Con datos disponibles a abril, la autoridad monetaria proyectó en junio que el déficit fiscal de este año será 9.7% del PBI y 4.2% del PBI en el 2021.

A la fecha, estas son las únicas proyecciones oficiales, de modo que se hace necesaria una actualización, en particular teniendo en cuenta los desembolsos realizados por el Tesoro público y la fuerte caída de la recaudación en mayo y junio. Esa actualización correrá por cuenta del MEF, a través del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) que publicará este mes y que servirá de base para elaborar el presupuesto público del 2021.

Aunque este año y el próximo no habrá límites para el déficit fiscal, aumento del gasto y endeudamiento público, hay que tener en cuenta que uno de los pilares de la solidez macroeconómica del país es la estabilidad fiscal –que justamente ha posibilitado asignar recursos ante la emergencia–. Por ello, es prioritario prestar atención a la preservación de la predictibilidad tributaria, que se vería afectada si el PBI no logra reactivarse como se planificó, pues la consecuencia será una reducción del pago de impuestos, que además se exacerbaría si la informalidad se acentúa.

Al respecto, el MMM tiene que fijar la trayectoria de la recuperación de los ingresos fiscales y de la reducción del déficit fiscal. Si bien el Perú tiene acceso al mercado internacional de bonos y no habrá límite de endeudamiento hasta el 2022 (antes era 30% del PBI), habrá que aclarar qué se piensa hacer en el frente interno. ¿Se elevarán tributos como el IGV, ISC o el Impuesto a la Renta? ¿Se eliminarán exoneraciones que no han dado resultados, tal como la propia ministra de Economía alguna vez deslizó en un tuit? ¿Se exigirá a la Sunat no descuidar su labor de fiscalización y ampliación de la base tributaria? Son preguntas cuya respuesta no debe pasar de este mes.