Editorial de Gestión. La informalidad afecta a casi el 80% de la PEA, lo que significa que esos trabajadores no se verán beneficiados si se eleva la RMV. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. La informalidad afecta a casi el 80% de la PEA, lo que significa que esos trabajadores no se verán beneficiados si se eleva la RMV. (Foto: GEC)

SUELDO MÍNIMO. En nuestro país, cuando la popularidad de los gobiernos está de capa caída, los presidentes y sus ministros –destacan los que manejan fuertes sumas del presupuesto– suelen hacer anuncios orientados a ganar algunos puntos en las encuestas. Algunos son simples reafirmaciones demagógicas, como asegurar por enésima vez que no se privatizarán Petroperú o Sedapal, pero otros sí tienen repercusiones económicas y políticas, y entre ellos destaca el aumento de la remuneración mínima vital (RMV).

El último en ofrecer y aprobar el incremento de la RMV fue Pedro Pablo Kuczynski, pero lo hizo demasiado tarde, pues ya estaba acorralado por el Congreso, aunque firmó el decreto respectivo en vísperas de su renuncia. Y ahora, el gobierno de Pedro Castillo vuelve a insistir sobre el tema. Ya lo hizo hace unos meses, pues el alza de la RMV forma parte de su anacrónica postura ideológica, pero se ha sumado el titular del MEF, Pedro Francke –quien al inicio no estaba de acuerdo–. “Yo creo que sí debería haber un incremento (el 2022). Todavía estamos afinando los cálculos para ver cuál sería el monto y tenemos que discutirlo dentro del Gobierno”, declaró el jueves de la semana pasada. Su explicación por haber cambiado de opinión no soportaría ningún análisis macroeconómico.

“Cuando los negocios están muy golpeados… uno dice, es importante, pero cuidado. Sin embargo, ahora el crecimiento será por encima del 13%”. Ese es su argumento. Sin embargo, esa tasa de expansión para este año, aparentemente elevada, es resultado del efecto estadístico. La economía peruana no se ha fortalecido, sino que está recuperándose de la recesión que sufrió el año pasado a causa de la pandemia. Y los negocios siguen muy golpeados, y este Gobierno no ha hecho otra cosa que seguir magullando su confianza y sus expectativas con su conducta abiertamente hostil hacia la iniciativa privada formal –la fuga de capitales y la caída de la inversión son dos de las consecuencias–.

Aparte de esa confusa evaluación de la coyuntura económica, pues lo que se espera para el próximo año es un crecimiento del PBI bastante menor al que se proyectaba antes de que Castillo asumiera la presidencia, la pandemia ha provocado una mayor precariedad laboral. La informalidad del empleo ahora afecta a casi el 80% de la PEA, lo que significa que esos trabajadores no se verán beneficiados si se eleva la RMV. Francke también parece obviar que el MEF no integra el Consejo Nacional de Trabajo, que es el órgano que evalúa y propone cambios en la RMV.