NUEVO GABINETE. La calidad moral de nuestras autoridades no debería estar en entredicho, menos si se refieren a las taras que como sociedad aún mantenemos –violencia familiar, racismo, discriminación–. Lamentablemente, además de las dudas sobre las capacidades técnicas de los actuales miembros del Gabinete, también salen a la luz las denuncias de violencia familiar que recaen sobre quien asumió la Presidencia del Consejo de Ministros, Héctor Valer.
El titular de la PCM dio una conferencia de prensa para tratar de desvirtuar la denuncia existente. Sin embargo, la resolución en la que se admite la denuncia por violencia familiar generó tal nivel de verosimilitud en la jueza que esta ordenó medidas de protección a favor de su esposa. A pesar de ello y de un sinnúmero de declaraciones que evidencian la actitud machista de Valer, la ministra de la Mujer, Katy Ugarte, prefiere mirar hacia el costado, al igual que el resto de los miembros del Gabinete, tanto hombres como mujeres, una actitud que los pinta de cuerpo entero y que en algunos casos se explica en el hecho de que el premier no es el único miembro del Gabinete acusado de violencia. Oficialmente el Ministerio de la Mujer se ha pronunciado, pero no su titular.
Nuevamente la incapacidad del presidente Castillo de nombrar ministros con el necesario conocimiento técnico e idoneidad ha generado que un mayor número de legisladores planteen la posibilidad de no darle la confianza al nuevo Gabinete, pero lo que sorprende es que, según declaraciones del premier, esta opción ya ha sido evaluada con el presidente Castillo, pues si eso sucede “el presidente usará la bala de oro, que es la disolución del congreso”. Con esas palabras, que suenan más a amenaza, Valer dijo estar buscando consensos. ¿El mandatario avala esta postura? ¿Saldrá Pedro Castillo a explicar las palabras de su primer ministro?
A pesar de lo que intente hacer creer el premier, esta vez las críticas no vienen solo de la prensa o de los partidos de oposición, instituciones e incluso agrupaciones que inicialmente eran afines al Gobierno han debido reconocer el sinnúmero de errores en los que han incurrido y los claros indicios de corrupción mostrados en estos meses. Si el nuevo premier no da un paso al costado, junto con varios de los recién nombrados, el parlamento debe asumir una postura clara respecto al voto de confianza más allá de balas de plata u oro. Una amenaza no puede regir el futuro político del país.