INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA. Según el cronograma del Ministerio de Educación, en el año lectivo 2023, las clases iniciarán el lunes 13 de marzo y si bien faltan poco menos de dos meses para dicha fecha, la situación de crisis en la que vive el país parece ser el primer escollo para asegurar que se pueda cumplir con este cronograma. Es verdad que cada Dirección Regional de Educación podría establecer una fecha diferente, pero sería contradictorio que quienes dicen buscar mejoras atenten contra la educación de los más pequeños. Pero mientras existan carreteras bloqueadas o aeropuertos cerrados, el traslado de textos escolares y otros insumos peligra.
Sin embargo, ese no es el único problema, el último “Diagnóstico de brechas de infraestructura o de Acceso a Servicios del Sector Educación para el PMI 2024 -2026″, elaborado por el Minedu con data del 2022, deja en evidencia el grave problema en la calidad de la infraestructura existente en los tres niveles de educación básica. En los tres casos, la brecha supera el 96%, lo que implica que los locales evaluados presentan infraestructura educativa que no cumple con los estándares de calidad para llegar al nivel de servicio deseado, según lo establecido en las normas vigentes, lineamientos y requerimientos del sector Educación.
Esta es una responsabilidad compartida pues el gasto en infraestructura no solo depende del Gobierno nacional, sino sobre todo de los Gobiernos subnacionales. Es verdad que la calidad educativa no depende solo de la infraestructura, pero si es una parte importante a la que en los últimos años no se le ha dado la importancia necesaria. Desde el 2021, la preocupación en materia educativa ha estado centrada en la remuneración de profesores que si bien es un tema importante, no es el único. No se trata de construir elefantes blancos sino instituciones de calidad que respondan a las necesidades de la localidad a la que prestará el servicio.
El inicio de labores de nuevas autoridades es una buena oportunidad para recordarles a gobernadores regionales y alcaldes la importancia de apostar por una buena educación que permita a los peruanos tener una mejor perspectiva de vida. En las ciudades con mayores necesidades—muchas de las que hoy protestan— es donde la infraestructura educativa tiene más problemas y las autoridades parecen olvidar que la educación es el camino seguro para el cierre de brechas, pues permite acceder a mejores oportunidades de empleo y desarrollo.