ROL DEL ESTADO. El presidente Pedro Castillo clausuró la última edición de la CADE con un discurso que evidenció, una vez más, que para el mandatario es más fácil mirar los yerros en los demás que las equivocaciones de su entorno. Así, si bien destacó el lema de este año “Diversas voces, un solo Perú”, recordó que la misma idea ya fue motivo de cuatro ediciones anteriores, lo que, desde su perspectiva, revela que en los últimos años no se ha escuchado al “Perú profundo” ni a las minorías, quienes “no solo no fueron escuchados en sus demandas, sino también ignorados y relegados del debate y las prioridades”, una llamada de atención a los empresarios que no puede pasar desapercibida.
Para profundizar en su crítica, recordó que en los últimos años el Estado no ha podido cumplir su función de proveer a la ciudadanía de adecuados servicios de salud, educación, acceso a Internet, agua, luz ni atender los cientos de conflictos sociales, en parte porque “la corrupción les robó a los peruanos más de 23 mil millones de soles al año”. Si bien esta parte de su discurso es correcta, olvida Castillo que esa corrupción involucró no solo al sector privado, sino también al sector público en sus tres niveles de gobierno, lo cual significa que los problemas que afrontan los peruanos no solo se pueden achacar a los últimos presidentes sino también a los gobernadores regionales y alcaldes, por lo que todas las tendencias políticas y agrupaciones cargan culpa en sus espaldas, incluido el actual partido de gobierno. Además, el mandatario parece más interesado en la corrupción pasada que en la actual, de lo contrario no se entiende su silencio respecto a la actuación del secretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco.
Al dirigirse a los empresarios, Castillo les pidió seguir invirtiendo en el país, asegurándoles que existen “y seguirán existiendo seguridad jurídica y reglas claras” para invertir, pero se olvida de que en apenas 100 días el país ya sufrió la rebaja de la calificación de Moody’s y S&P. Además, adelantó que se está elaborando un nuevo plan de infraestructura, pero no explicó cómo lograrán acelerar la ejecución, cuando del plan actual se ha ejecutado menos del 10%.
Animado por su discurso en la CADE, el presidente anunció durante una reunión con alcaldes que presentarán ante el Congreso un proyecto de reforma del Estado que busque acabar con las trabas burocráticas y llevar a cabo una verdadera descentralización, aunque, como ya es su costumbre, solo dijo lo que harán, pero no cómo lo harán.
Casi cuatro meses después de asumir el cargo, Pedro Castillo no sabe cómo dejar de lado su discurso de candidato y sus sesgos a favor del Estado para gobernar.