AMÉRICA LATINA. Un informe del Banco Mundial y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) aborda el impacto de la pandemia en América Latina y el Caribe en los temas de alimentación, educación, salud, género, digitalización y mercado laboral.
El estudio pone en evidencia el severo daño que viene dejando el covid-19, y cómo se han acentuado las brechas existentes previas a la pandemia, entre países y al interior de los mismos.
Y como se podría esperar por los confinamientos y restricciones contra el covid-19, el mercado laboral está muy afectado: uno cada cuatro trabajadores de la región no recupera aún su empleo. Si bien los países muestran señales de recuperación, unos más rápido que otros, el informe revela que la calidad del empleo sigue deteriorada, mientras crece la informalidad, con menores ingresos y baja productividad. La mayor informalidad es una de las mayores repercusiones de la pandemia.
Además, el reporte pone de manifiesto que un 50% de los hogares en la región todavía no recupera su nivel de ingresos previos a la pandemia, y eso considerando los bonos entregados por varios gobiernos. Si bien algunos países estuvieron en condiciones de entregar subsidios, a más de un año de la aparición del covid, la situación fiscal ahora es diferente, por lo que varios países empezaron a retirar esos apoyos.
Un mayor porcentaje de hogares de la región también se han quedado sin alimentos algunos días del mes. En ese sentido, si bien no es sostenible una entrega permanente de bonos, es necesario que los gobiernos puedan identificar a los hogares más vulnerables para focalizar los planes de ayuda.
En cuanto a la educación, el reporte muestra que solo un 23% de los niños reciben clases presenciales; con Ecuador, Chile y Perú registrando niveles muy reducidos. Se estima que se perdieron entre 12 y 18 meses de escolaridad. Y en ello, sin duda, ha jugado mucho la brecha de conectividad existente, ya sea por los costos o por problemas de cobertura o tecnología.
Si bien se ha reducido en algo la brecha digital, hace falta que los gobiernos ayuden a nivelar el acceso a Internet, servicio que ahora ya es una necesidad. Con la variante ómicron recordándonos que la pandemia no ha concluido, corresponde a los gobiernos adoptar medidas pronto. Y, en general, reformas pendientes, como mejorar la calidad de la educación, mayor inversión en infraestructura o el facilitar la inversión privada se hacen ahora mucho más urgentes.