Editorial de Gestión. Se planea dar a conocer este fin de semana los resultados finales, descartando un recuento de votos.  (AFP).
Editorial de Gestión. Se planea dar a conocer este fin de semana los resultados finales, descartando un recuento de votos. (AFP).

ELECCIONES- Hace unos días, Ecuador dio inicio a una serie de procesos electorales que afrontarán los países de América Latina en el 2021, aún bajo el enorme impacto de la pandemia.

Pero han transcurrido más de 10 días y aún no se tienen a los dos candidatos que pasarán al balotaje del 11 de abril. Según el conteo oficial al 99.98%, el candidato Andrés Arauz, un protegido del expresidente Rafael Correa, obtiene el 32.72% de los votos y debe pasar a una segunda vuelta al no obtener más 50% de los votos, ni alcanzar el 40% y una ventaja de más de 10 puntos sobre su más cercano contendor. En tanto, el conservador Guillermo Lasso registra un 19.74%, apenas por encima del activista indígena Yaku Pérez, con 19.38%, para quien existió fraude y exige un recuento.

No obstante, el Consejo Electoral de Ecuador (CNE) planea dar a conocer este fin de semana los resultados finales, descartando un acuerdo inicial que consideraba un recuento de votos.

En ese contexto, está en manos de las autoridades electorales el definir cuanto antes a los protagonistas del balotaje de una manera clara y transparente que permita despejar toda duda sobre un posible fraude. Ello evitará sumar inestabilidad en la grave crisis que ya padece Ecuador. Más aún ahora que ya existen llamados a marchas de protestas en contra de los resultados.

La economía del país vecino, como todas las demás de la región, se contrajo casi 9% en el 2020, y aunque el precio del crudo, su principal exportación, se viene recuperando un poco, está lejos de los niveles previos a la pandemia. Ecuador registra también un déficit fiscal de alrededor de 8%, y según un acuerdo con el FMI, que le concedió US$ 6,500 millones, debe reducir ese desequilibrio al 2.8% para este año. Asimismo, el país registra casi 270,000 casos del nuevo coronavirus y más de 15,000 fallecidos a consecuencia de la enfermedad.

Y en ese contexto hay una tendencia populista y de izquierda que prevalece. Arauz, quien lidera el conteo, tiene entre sus propuestas una mayor intervención del Estado en la economía, un mayor gasto, y no pretende cumplir las necesarias medidas correctivas para la economía ecuatoriana incluidas en el acuerdo con el FMI. Pérez, el autodenominado “izquierdista ecológico”, va incluso más allá, y promete limitar las concesiones petroleras y prohibir la minería.

En el otro frente se encuentra Lasso, que busca incentivar la inversión extranjera e impulsar la producción petrolera. Queda en manos de los ecuatorianos evaluar si volverán a apostar por experiencias pasadas que no han dado resultados.