POLÍTICA FISCAL. El alza del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) de tabaco, bebidas alcohólicas y azucaradas, así como de vehículos y combustibles más contaminantes, ha sido inicialmente bien recibida por la opinión pública según los resultados de la última encuesta de Pulso Perú, aunque los gremios empresariales han reaccionado anunciando incrementos de precios. Sin embargo, con la inflación anualizada en 0.46%, lejos del límite inferior del rango meta del BCR (entre 1% y 3%), existe un margen para manejar el encarecimiento de esos productos.

Era de esperar la actitud de los gremios, pues sus asociadas enfrentarán mayores costos variables que tendrán que trasladar al consumidor, pero no hay que olvidar otro efecto: la recomposición de su oferta. Por ejemplo, los fuertes impuestos a las bebidas azucaradas no son una novedad, sobre todo en los países desarrollados, y las multinacionales ya se están adecuando mediante la diversificación de sus portafolios, dándole cada vez más peso a las bebidas saludables. Así que ahora tendrán que añadir al Perú a sus planes de renovación.

Algo parecido ocurrirá con los vehículos, pues la tendencia mundial es al uso de combustibles más amigables con el medio ambiente. El Perú se ha comprometido a reducir su impacto sobre el calentamiento global, así que el nuevo ISC es consecuente con esa postura. Un efecto que sí podría resultar perjudicial es el incremento del contrabando de cigarrillos, licores y combustibles, y si bien el MEF ha anunciado un reforzamiento del control de ese delito, así como de la informalidad y la piratería, habrá que ver las medidas que se adoptarán para creer.

Es difícil no considerar que el principal objetivo es elevar la recaudación tributaria. Se espera una recaudación adicional de S/ 1,700 millones este año, lo cual aliviará la presión sobre la caja fiscal. Lo que falta saber, por ejemplo, es si esos mayores recursos también significarán elevar el presupuesto del sector salud. El Gobierno también contempla incluir dentro del régimen del ISC a los casinos y tragamonedas, aunque tendrá que buscar una solución que no choque contra una antigua resolución del Tribunal Constitucional.

El Perú es el tercer país latinoamericano con mayor incidencia de obesidad y sobrepeso; es más, el 14.8% de niños entre 5 y 9 años padece obesidad, de modo que el alza del ISC podría ayudar a combatirla. Pero para reducir la incidencia de esas condiciones hace falta una verdadera política de salud que además ataque con más eficacia la desnutrición y revierta el aumento de la anemia.

Ahora falta esperar la sustentación del MEF para obtener las facultades tributarias en el Congreso y entonces se podrán despejar las dudas que hay sobre los verdaderos objetivos del alza del ISC.