Redacción Gestión

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Inacción. El 11 de octubre del 2013, Lima fue elegida sede de los XVIII Juegos Panamericanos, que se celebrarán en el 2019. En los quince meses transcurridos desde entonces, lo poco que se ha sabido de la organización del evento han sido malas noticias. Por lo pronto, las entidades que, en teoría, deben liderar el proyecto: el Comité Olímpico Peruano (COP) y el Instituto Peruano del Deporte (IPD), se encuentran descabezadas, y las autoridades del Gobierno, desde el Ejecutivo hasta la Municipalidad Metropolitana de Lima, se mantienen al margen, pese a que su involucramiento es crucial.

Recién este mes los juegos han cobrado cierto interés, pero no precisamente porque se hayan iniciado los preparativos, sino debido al riesgo que la inacción y la desidia han generado: Lima podría perder la sede. Si bien la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) –el órgano rector del deporte en el continente– ha ratificado la organización de los juegos, también ha anunciado que hará una visita de evaluación este mes o el que viene. Nos preguntamos si sus funcionarios encontrarán algo que justifique tal confirmación.

La turbiedad con que se maneja el deporte en el Perú también podría jugar en contra. Por ejemplo, el COP habría realizado gastos excesivos en la remodelación de sus oficinas y, lo que es peor, encargó la elaboración del plan maestro de los juegos a una empresa vinculada a Martín Belaunde Lossio (el COP ha dicho que ese servicio fue prestado ad honorem). Ese plan maestro lleva cinco meses esperando su aprobación en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), pero lo más probable es que sea reformulado porque es "muy ambicioso" (léase "caro").

En suma, estamos presenciando una incapacidad organizativa de dimensiones olímpicas. Lo frustrante es que no aprendemos de nuestros errores: las demoras para acondicionar los Juegos Bolivarianos 2013 en Trujillo obligaron al traslado de una decena de disciplinas a Lima y al alojamiento de deportistas en hoteles, pues la villa deportiva no estaba terminada. ¿Adónde se tendrían que mover las disciplinas si Lima no está lista?, ¿Toronto?Por cierto, la inversión para los juegos en la ciudad canadiense, a realizarse en julio próximo, superó los US$ 2,400 millones.

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