LABOR DEL CONGRESO. La agenda legislativa está atiborrada de proyectos de ley e iniciativas que no revisten una importancia capital para el país. Sin embargo, la necesidad de que se legisle sobre temas relevantes no parece ser una prioridad para nuestros congresistas, que en el periodo que acaba de concluir estuvieron más interesados en comentar ante las cámaras sobre algún asunto coyuntural, en enfrentarse entre bancadas y en interpelar y censurar ministros.

Habría que respirar con cierto alivio, pues esas distracciones han postergado el debate en el pleno de muchos proyectos que a pesar de llevar el rimbombante rótulo "de interés nacional" están destinados a ser ese tipo de leyes que nadie cumple o que solo son un saludo a la bandera.

Hay decenas de ejemplos, desde carreteras hasta sitios arqueológicos, pasando por la creación de distritos. Una legislatura anterior le puso nombre al cielo peruano y, para no quedarse atrás, ahora también se quiere rebautizar a los Andes.

Sin embargo, los proyectos de ley e iniciativas que sí tendrían un impacto a nivel nacional brillan por su ausencia.

El que debería encabezar la lista es la autorización del Congreso para que el Gobierno eleve a 3% el déficit fiscal de este año, de manera que el mayor gasto que se prevé para la Reconstrucción con Cambios esté enmarcado en la legislación presupuestaria. Sin embargo, ni siquiera se debatió.

Otro tema clave es el paquete de normas electorales. El trabajo que coordinó la congresista Patricia Donayre corre el peligro de ser encarpetado, pese a que estaba bastante completo y recogió aportes de miembros de otras bancadas y de especialistas. También es preciso modernizar la legislación laboral, no para ampliar la protección de quienes tienen empleo formal, sino para los millones que continúan sufriendo los abusos de la informalidad y la ilegalidad. Al respecto, existe un paquete de propuestas del Ministerio de la Producción que todavía no recibe la atención que merece; allí figura la creación de un seguro de salud para los pescadores artesanales.

El Congreso suele reaccionar ante la coyuntura y se apresura a dictar leyes sin el debido soporte técnico –como la prohibición de usar leche en polvo para fabricar leche evaporada–, pero no tiene una visión de largo plazo. Y esa carencia no parece preocuparle. Es que siempre habrá alguien más a quien responsabilizar.