Redacción Gestión

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Ineficiencia. Catorce distritos de la llamada han sentido durante más de 48 horas lo que sufren muchas otras zonas de Lima y el país que no cuentan con servicio de agua y/o desagüe. Esta situación ha puesto los reflectores sobre la labor que cumple , empresa pública que, en esta ocasión, ha demostrado no estar capacitada para atender imprevistos en el servicio.

A pesar de que el agua es un recurso tan importante para toda la población, ningún Gobierno ha podido, hasta el momento, tratar este tema desde el aspecto técnico, pues el fantasma del incremento de tarifas, si el servicio pasa a manos "privadas", es algo que preocupa a los políticos.

Felizmente, el retiro de parte de los subsidios a partir del próximo año y la nueva tarifa que deberán pagar los usuarios por el uso de las aguas subterráneas ayudarán a ir sincerando poco a poco los costos. Este ajuste debería permitir que durante el próximo Gobierno se haga un análisis serio sobre la pertinencia de mantener el manejo del agua en manos de una empresa pública que no ha demostrado ser eficiente. Las dudas surgen porque son muy pocos los candidatos que han hecho planteamientos concretos, en sus planes de gobierno, para mejorar el servicio.

En este caso específico, además, hay una responsabilidad compartida, ya que el inicio del corte de agua se debió a que la Municipalidad de Lima, como parte de las obras del intercambio vial de la avenida 28 de Julio, tenía que reubicar una tubería matriz y el agua no pudo reponerse luego de las 24 horas, pues la empresa contratada por el municipio para hacer el trabajo no lo hizo bien y cuando Sedapal empezó a cargar otra vez con presiones normales detectó filtraciones en las tuberías.

Es indignante que un proyecto nacido con tantos cuestionamientos genere estos inconvenientes y ni ni ninguno de sus funcionarios salga a brindar explicaciones a la población por ningún medio, a tal punto que su página de Facebook estuvo dedicada al partido de fútbol. El alcalde debe recordar que la comunicación con la población no debe estar restringida al anunció de obras o a inauguraciones de las mismas.