Redacción Gestión

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PBI 2014. Si Ollanta Humala no quiere ser recordado como el presidente que desaceleró la economía peruana, ese 2.35% tendrá que convertirse en el límite muy inferior del rango meta que debe tener en mente para este año. Importará muy poco el impacto negativo de la caída en los precios de los metales o los factores climáticos que afectaron la producción pesquera y agrícola, pues la memoria colectiva también es selectiva.

Lo que se le achacará será la escasa capacidad para manejar las interminables crisis políticas, la debilidad para enfrentar los conflictos sociales –que están comprometiendo millones de dólares de inversión– y la oscilante posición frente a la inversión privada de un número considerable de sus colaboradores. En este punto, vale la pena preguntarse por qué Eleodoro Mayorga sigue al mando del Ministerio de Energía y Minas, cuando se ha comprobado que el cargo le queda demasiado grande.

Estamos hablando del sector con más inversiones anunciadas para este y el próximo año y que, a pesar de que el presidente desee reconvertir la matriz productiva del país de la noche a la mañana, lideró el crecimiento del PBI y de las exportaciones durante varios lustros. Según el BCR, existen 85 proyectos en minería, hidrocarburos y electricidad por un total de US$ 22,485 millones para el periodo 2015-16 (nada menos que el 71% del total).

Habrá que confirmar cuántos se materializarán, ahora que las empresas saben que pueden ser echadas "en tres días" si su trabajo no es del agrado de los agitadores. El problema mayor es que el desempeño de la economía está peor de lo que se esperaba –diciembre fue el tercer mes de menor crecimiento del PBI del año pasado– y los analistas no se muestran optimistas con la actividad productiva de enero.

Lo inquietante es que el Gobierno anda sumergido en sus escándalos de turno y no parece haber reaccionado al prolongado pobre desempeño de la economía –de la oposición no se puede esperar nada semejante a propuestas–. Eso sí, es claro que el crecimiento del año pasado no puede repetirse y dependerá en gran medida de las decisiones que Humala tome para que la inversión privada recupere algo de la calma (y la paciencia) que continúa perdiendo.

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