Redacción Gestión

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La economía. El PBI del primer trimestre del año creció 4.42% respecto al mismo periodo del 2015. Todos los sectores se expandieron, excepto la manufactura, cuya agonía no parece tener fin. La buena noticia es que la construcción registró en marzo su segundo mes consecutivo de variación positiva, con lo que cerró el trimestre en 2.1%. El motor de este resultado ha sido la inversión pública en sus tres niveles de Gobierno (nacional, regional y local), pues el consumo de cemento todavía sigue de capa caída.

¿Terminó la recesión en la construcción? Hay que resaltar que el factor que explica las cifras en azul es el efecto estadístico: el año pasado, el sector tuvo caídas en todos los meses, excepto el modesto repunte de diciembre (0.1%). Habrá que esperar cómo se comportará el gasto público en los meses finales del presente Gobierno y los iniciales del próximo –que suelen ser poco auspiciosos para la inversión gubernamental–. Del sector privado, habría que estar atentos a cuándo su renovada confianza en las perspectivas macroeconómicas del país se traduzca en más consumo de cemento, ladrillos y fierros.

Un sector que está creciendo menos que el año pasado es comercio. El acumulado del primer trimestre fue 2.78%, casi un punto menos que el registrado el mismo periodo del 2015. En cuanto al principal impulso del PBI, la minería, el dato preocupante es que la inversión se contrajo 44.1% durante el verano. Otro sector que preocupa es el pesquero, que en marzo se contrajo 18.96%, experimentando en el acumulado enero-marzo un ligero crecimiento de 1.76%.

Tras haber crecido en noviembre y diciembre, el PBI de la manufactura empezó el 2016 de la misma forma que el 2015: con tasas negativas (la caída trimestral fue 3.01%). Ni siquiera el efecto estadístico pudo contrarrestar la preocupante situación en que se encuentran nuestras industrias: la contracción cundió en sus subsectores (primario y no primario), así como en los rubros principales que componen la fabricación de bienes de consumo, intermedios y finales.

La manufactura se hunde y las esperanzas de un inicio de su recuperación podrían estar depositadas en la continuidad de la mejora en la construcción, así como en el aumento de la confianza de los consumidores. Tendremos que estar atentos, pues mientras este sector siga desfalleciendo, no podremos hablar de una recuperación económica total.

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