Gerente de Energía de Minsait, una compañía de Indra, en Perú
En un entorno cada vez más competitivo, las empresas de utilities, que son las vinculadas a los servicios públicos de electricidad, agua o gas se enfrentan a una industria que se está transformando para lograr una mayor eficiencia y seguridad, más aún en un escenario marcado por el COVID- 19, donde la adopción de la digitalización se ha convertido en un habilitador clave para el mantenimiento de las operaciones. Esta ha traído consigo un abanico de oportunidades: una de las más importantes es la gestión de los datos.
Cada vez más, las empresas de utilities emprenden la carrera hacia un modelo de Organización Orientada al Dato (Data Driven Organization o DDO), que permite poner en valor la digitalización de todos los activos de la compañía y centralizar toda la información de sus sistemas. Esto hace posible que, a través de analítica avanzada, se anticipen riesgos de geoamenazas como deslizamientos de tierra u otros ocasionados por fenómenos naturales que puedan afectar el funcionamiento normal de los activos.
En Perú, las compañías que gestionan las utilities ya han iniciado el camino hacia la integración de sus datos; sin embargo, lograr extraer valor de los datos y rentabilizar las inversiones realizadas a corto y largo plazo, sigue siendo uno de los principales motivos por los cuales algunas empresas aún tienen reparos en dar el primer paso hacia un enfoque Data Driven.
Según un estudio de Minsait, las formas de trabajar de las empresas energéticas en torno al dato y la analítica solían ser tradicionales: esto se evidenciaba en la falta de democratización del dato. Gracias a la pandemia, las energéticas empezaron a valorar la gestión de datos para la excelencia operativa de sus activos físicos y han continuado por este camino siguiendo cuatro lineamientos para construir un negocio disruptivo basado en el dato:
Definir roles de liderazgo que encabecen la evolución: muchas empresas todavía carecen de perfiles especialistas del dato y la analítica. Es importante identificarlos y definir estos roles para que se pueda iniciar un proceso de evangelización en las planillas acerca de la importancia del dato.
Priorizar los métodos y estrategias adecuados: los sistemas predictivos tienen una orientación centrada en los datos. Una vez puesto en valor el dato, se hace imprescindible contar con políticas de control, mantenimiento y mejora continua de los algoritmos. A esto se suma la implementación de nuevas formas de trabajo en torno al dato.
Apostar por la innovación para la competitividad: más allá de implementar tecnologías Big Data y trabajar con herramientas que permitan la optimización del dato, se vuelve una gran ventaja detectar las oportunidades de innovación a través de un observatorio de tendencias.
Personalizar los servicios para mejorar la experiencia de los usuarios: supone un gran desafío lograr un conocimiento 360° del cliente, por ello se parte de un monitoreo continuo de la experiencia de los usuarios con la finalidad de construir sistemas flexibles que permitan rediseñar los servicios.
De esta forma, apostar por culturas del dato y la analítica no solo permite rentabilizar las inversiones realizadas, perpetuando la viabilidad de las compañías energéticas ante nuevos players.
También facilita la creación de capitales basados en activos intangibles: los datos, que generan una importante ventaja competitiva, y aumenta la creación de sinergias, sí como la eficiencia en la toma de decisiones, abriendo una nueva vía de crecimiento para la conquista de nuevos espacios y mejores servicios.