Gerente de Gestión y Desarrollo Humano de Promart
Los últimos años fueron períodos de grandes retos para todos los sectores empresariales, por lo que se replantearon diversos procesos logísticos y se buscó en la digitalización al aliado necesario para continuar con las actividades. Dentro de esta vorágine de cambios, y la incertidumbre del contexto, uno de los stakeholders clave, y el más vulnerable frente a la situación, fueron los colaboradores y colaboradoras de las empresas e instituciones.
En esa línea, era, aún más imprescindible, centrar las acciones en los grupos humanos. Tratar de calmar la incertidumbre, mantener la conexión y cercanía, desarrollar un liderazgo empático, entre otros, son solo algunos de los retos que este contexto colocó en perspectiva, tal vez por primera vez en reales dimensiones, y planteó la verdadera importancia de construir una cultura interna que busque el bienestar integral de su gente.
Actualmente, y después de momentos bastante complicados, es preciso también trasladar esta experiencia para poner en marcha acciones que generen bienestar en los entornos laborales. Algunas acciones que contribuyen con este objetivo son, por ejemplo, el desarrollo de programas de salud y atención psicológica, así como talleres de salud emocional y manejo de la ansiedad, charlas para la construcción de buenas relaciones familiares e iniciativas que beneficien también al entorno directo; como vacaciones útiles para sus hijos e hijas, entre otros programas que abarquen aspectos fundamentales más allá del ámbito laboral.
Para atraer y retener talento es clave generar un espacio que canalice la carga de trabajo y priorice la preocupación por el bienestar de cada miembro de la cadena de valor de la organización. Sin duda, son cada vez más quienes priorizan un ambiente laboral orientado, no solo al buen desempeño, sino, además, al trato más cálido y humano.
Definitivamente, el contexto que hemos vivido debe encaminar a las empresas e instituciones a convertirse en espacios más empáticos y cercanos, no solo de forma externa (con nuestros clientes) sino también a la interna (con nuestros equipos). Conjuntamente, incorporar nuevas formas de trabajo, horarios flexibles, empoderar a nuestra gente, etc. logrará que notemos cambios positivos porque, finalmente, somos las personas las que hacemos la diferencia.