Antonio Benites, socio de EY Perú
Las amenazas planteadas por el brote de coronavirus han llevado a tomar medidas de emergencia que tienen un impacto económico que afecta los ingresos, la cadena de suministro y la liquidez de las empresas, entre otros. Así también, ha resultado en una volatilidad significativa en los mercados financieros y de los productos básicos en todo el mundo. Estos impactos en la economía tienen un efecto en la preparación de información financiera intermedia y anual del 2020, no solo para las empresas reguladas por la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), sino también para las empresas privadas que reportan bajo NIIF.
Si bien existe un número importante de áreas a evaluar, las cuales dependen del negocio y tipos de operaciones que puede tener una empresa, a continuación, presentamos cinco retos fundamentales que todo empresario peruano, director y responsable de la información financiera debe conocer.
1 Empresa en marcha y liquidez
Hoy, más que nunca, se requiere una evaluación de la capacidad de las empresas para continuar como compañías en marcha. Al realizar esta evaluación, cuando fuere relevante, la gerencia debe tomar en consideración los efectos existentes y futuros del covid-19 en las actividades.
En un escenario más desfavorable, si la empresa estuviere en un negocio directamente afectado por la crisis, la primera preocupación de la Gerencia será la supervivencia y lo principal será tener liquidez. Entre las preguntas clave a considerar, están: ¿la empresa tiene suficiente liquidez para sobrevivir los próximos seis o doce meses?, ¿el cese temporal de operaciones afectará la demanda y los márgenes de manera significativa?, ¿existen planes para liquidar o dejar de operar la empresa?
El nivel de evaluación y divulgación dependerá de las circunstancias de cada caso, ya que no todas las empresas estarán impactadas en la misma medida.
2 Evaluación del deterioro de activos de largo plazo
En el contexto de paralización e incertidumbre, muchas empresas peruanas tendrán que evaluar el potencial deterioro en sus activos fijos e intangibles destinados a la operación, incluyendo el Goodwill (valor intangible derivado del negocio), los cuales pasan como mínimo una vez al año por las denominadas pruebas de deterioro.
Cabe resaltar que los ceses temporales de operaciones y las disminuciones en las proyecciones de ingresos por precio o demanda, debido al covid-19 son, en sí mismos, indicadores de deterioro.
Para evaluar estos indicadores, a nivel externo e interno, los cuestionamientos claves que podrían plantearse serían: ¿existe una caída severa en el precio de las acciones de la empresa?, ¿el valor del patrimonio es mayor al de capitalización bursátil?, ¿las tasas de mercado se han incrementado y se ha afectado la tasa de descuento utilizada para estimar el valor recuperable?, ¿el activo evaluado está parado, no se utiliza o existen planes para su venta?
Algunas medidas inteligentes y oportunas en escenarios de incertidumbre podrían considerar:
• Proyectar distintos escenarios previsibles, considerando las medidas adoptadas por el Gobierno para evitar la propagación no controlada del virus.
• Revisar la tasa de descuento con la información más actualizada.
• El escenario de crisis debe afectar las proyecciones de flujos futuros o la tasa de descuento utilizada.
3 Empresa en marcha y liquidez
Los mercados globales se han visto fuertemente afectados con caídas de más del 10% en los principales índices bursátiles, impacto en los commodities, reducción de las tasas de interés y volatilidad en los tipos de cambio (por ejemplo, se ha depreciado el sol peruano con respecto al dólar estadounidense en un 6.5% desde comienzos de año).
La estimación del valor razonable de un instrumento financiero debe reflejar las condiciones actuales a la fecha de los Estados Financieros y no de hechos que podríamos esperar en fechas futuras.
Frente a esta coyuntura, debemos plantearnos retos importantes en la estimación del valor razonable de los instrumentos financieros: ¿se ha evaluado cómo impacta la actual volatilidad del covid-19 sobre los precios de las acciones e instrumentos de deuda?, ¿los datos de mercado utilizados en la evaluación del valor razonable recogen los efectos de las acciones tomadas por los gobiernos para controlar la pandemia?, ¿al determinar la tasa de interés se ha incluido el riesgo de la contraparte y los efectos en las tasas libres de riesgo de los estímulos de los gobiernos?
El reconocimiento de caídas en el valor razonable de los instrumentos financieros afectaría los resultados del año, y dependerá de la evaluación de si la gravedad del covid-19 a la fecha de cierre de los estados financieros habrá impactado a la valoración de los participantes de mercado.
4 Contratos de arrendamiento
Ante las interrupciones temporales y la disminución de la actividad comercial de las empresas, los contratos de arrendamiento podrían sufrir alteraciones a sus términos contractuales iniciales, previo acuerdo entre el arrendador y arrendatario, a fin de brindar beneficios a los arrendatarios. Las modificaciones a los contratos de arrendamiento pueden considerar diferentes tratamientos que dependerán de si se afecta el alcance de los activos o se modifica los pagos futuros bajo el plazo remanente del contrato de arrendamiento.
Lo cierto es que el coronavirus ha exacerbado la volatilidad del mercado, y los bancos centrales en muchas jurisdicciones están reduciendo las tasas de interés. Evaluar una tasa de endeudamiento incremental revisada también puede requerir juicio en estas circunstancias.
5 Modificaciones de contrato de deuda
Las empresas que vean sus operaciones impactadas por el covid-19 se podrían enfrentar a mayores costos o reducciones de ingresos, con el correspondiente impacto en la liquidez. En este escenario, se podría necesitar financiamiento adicional, modificar contratos de préstamos u obtener dispensas en el caso de incumplimiento de los covenants de deuda. Habrá que evaluar si los cambios en los contratos se corresponden con modificaciones sustanciales de la deuda o incluso cancelaciones, siempre desde la perspectiva del deudor o prestatario.
Sin embargo, este asunto también impactará a los acreedores o prestamistas. A la fecha, los gobiernos están pidiendo a las entidades bancarias y de seguros que sean flexibles en las obligaciones de pago de los prestatarios. Estos esfuerzos podrían considerarse modificaciones de contratos que requerirían plantear la valoración del portafolio de préstamos bajo los lineamientos de pérdidas potenciales.