"1. Hace dos años, cuando caminaba por la avenida Real en Huancayo, después de presentar mi libro “Resilientes, pero no indolentes” en la Feria del Libro de esa ciudad, llegué a una esquina en que una señora de la región estaba sentada en la acera vendiendo tubérculos. Encima de ella, leí una pinta en la pared que decía “¡Cambio de Constitución!” y al voltear hacia el jirón Piura leí otra pinta “¡Paro ya!”. Las imágenes me impactaron –les tomé fotos–, pues en el libro que acababa de presentar explicaba por qué un cambio del capítulo económico de la Constitución no beneficiaría a la mayoría de peruanos". (Foto: GEC)
"1. Hace dos años, cuando caminaba por la avenida Real en Huancayo, después de presentar mi libro “Resilientes, pero no indolentes” en la Feria del Libro de esa ciudad, llegué a una esquina en que una señora de la región estaba sentada en la acera vendiendo tubérculos. Encima de ella, leí una pinta en la pared que decía “¡Cambio de Constitución!” y al voltear hacia el jirón Piura leí otra pinta “¡Paro ya!”. Las imágenes me impactaron –les tomé fotos–, pues en el libro que acababa de presentar explicaba por qué un cambio del capítulo económico de la Constitución no beneficiaría a la mayoría de peruanos". (Foto: GEC)

Escribe: Carlos E. Paredes, economista y docente de Posgrado de U. Continental.