Profesor de la Maestría en Organización y Dirección de Personas de ESAN Graduate School of Business
En toda empresa es habitual registrar un porcentaje de ausentismo, que puede variar según las causas médicas o no médicas. Sin embargo, con la llegada de la variante ómicron, el ausentismo por causal médica se ha incrementado de manera exponencial en organizaciones de todos los rubros. En las empresas más grandes, se han llegado a registrar hasta 150 reportes de casos nuevos por día de colaboradores con síntomas de COVID-19.
Ómicron es una variante con diferencias considerables respecto a Delta u otras, tanto en los tiempos de incubación y síntomas como en el tiempo de recuperación. En ese sentido, es urgente que la normativa se ajuste lo antes posible a sus efectos, a fin de reducir el nivel de ausentismo laboral. Sin embargo este ajuste no puede incrementar el riesgo de mayores contagios o indirectamente facilitar el ausentismo laboral.
En la actualidad, con datos propios puedo decir que el ausentismo laboral registra tasas de 10 % a 20 % en empresas peruanas de diferentes rubros. En el caso del sector salud, ocurre lo mismo y, si no se flexibiliza la normativa actual para gestionar la aparición de casos al interior de hospitales, la ausencia de personal generará dificultades para atender la demanda de atención médica de pacientes que presenten COVID-19 u otras enfermedades.
Cambios en las normativas
La normativa actual para el manejo de la COVID-19 en las empresas peruanas se publicó en los primeros días de diciembre del año pasado. Aunque en ese entonces se conocía la variante Ómicron, el Perú todavía no registraba casos locales. Por lo tanto, las normas se habían definido con base en los efectos de las variantes previas.
Recientemente, el Ministerio de Salud ha ido reduciendo de 14 días a 10 días y ahora a 7 días, en ciertos casos, el aislamiento para las personas contagiadas de la COVID-19. Esta medida ya fue pensada según las características específicas de la infección de ómicron por lo menos hasta lo que se conoce científicamente de esta. En ese sentido, ayuda a las empresas porque facilita el rápido retorno de los trabajadores apenas se recuperen. No obstante, los servicios médicos deberían de evaluar cada caso porque quizá alcanzado este periodo aún persistan síntomas importantes que limiten su capacidad para el trabajo.
Lo otro es los casos definidos como contacto cercano que también ha cambiado señalando que prácticamente no tendrían que cumplir con aislamiento comunitario aquellos acontecidos en el medio laboral. Esto también debería de ser evaluado caso por caso por las áreas se seguridad y salud porque podría involucrar un riesgo, ya que podría generar más contagios intralaborales, solo por la desesperación de reducir el ausentismo. Aún se debe de evaluar otros aspectos como la frecuencia de seguimientos médicos a los trabajadores afectados de COVID-19, pruebas de descarte, etc.
Otra acción recomendable para el Gobierno es flexibilizar temporalmente ciertos requerimientos administrativos de los servicios de seguridad y salud en el trabajo en general para priorizar la realización del seguimiento más preciso a los casos de COVID-19 identificados al interior de las empresas. Asimismo, deben agilizarse los procesos de atención de casos, ya que la elaboración de registros, notificaciones y requerimientos suelen tomar demasiado tiempo.
Para terminar, las empresas deben seguir priorizando el trabajo en modalidad remota; tratar de confirmar los diagnósticos de casos sospechosos; sensibilizar permanentemente a los trabajadores para cumplir con la vacunación (tanto de ellos como de sus familias); sensibilizarlos en prevención ante el COVID-19; revisar los procesos de ingreso o retorno al trabajo para que sean más agiles; y fortalecer el uso de la mascarilla y la ventilación de los puestos de trabajo. Todo ello, a fin de disminuir el riesgo de contagio. A su vez, deben tranquilizar a los trabajadores e invitarles a cuidarse al máximo en el ambiente extralaboral, que es donde se produce la mayor cantidad de contagios. El trabajo combinado entre ambos sectores será clave para reducir el ausentismo laboral.