Cesar Antúnez de Mayolo, profesor de Pacífico Business School
Trabajas como directivo en una empresa en la cual tras un riguroso proceso de planeamiento estratégico se definió claramente la Misión, que explica el propósito o razón de ser de cara al cliente y sociedad en general. Si bien luego difundieron la misión a través de distintos medios de comunicación internos, sientes que ésta no ha calado en la mayoría de colaboradores, quienes no se sienten motivados a cumplirla espontáneamente con entusiasmo. Escuchas comentarios como “yo solo vengo acá a cumplir y ganar mi sueldo” o “me gusta lo que hago pero creo que el principal propósito es hacer más negocio para darle más ganancias a los accionistas, respetando la ley”.
¿Cómo lograr que nuestros colaboradores se sientan altamente identificados con el propósito empresarial? ¿Deberíamos también de conocer sus propósitos personales? ¿Y cómo hacemos con aquellos que ni siquiera se han planteado un propósito personal en sus respectivas vidas?
¿Para qué estamos?
Existe en el ser humano una tendencia espontánea hacia la propia satisfacción egocéntrica, pero según la propia crianza y cultura, es normal que una persona apunte a algo por encima de sí misma, descubriendo su propia realización en el servicio a una causa o en el amor a otras personas. Mark Twain decía que los dos momentos más importantes en la vida de una persona son el día de su nacimiento y el día cuando entiende para qué nació.
En una encuesta de Pew Research Center del 2017 en EE.UU., el 69% respondió que la familia le da sentido a su vida, siendo el siguiente factor la línea de carrera (34%).
Granitos de arena
Un propósito empresarial requiere competencias específicas que deben ser adquiridas por las personas que lo llevan a cabo, cada quien desde su rol. Como colaboradores, podemos sentirnos una pieza minúscula dentro de un gigantesco engranaje empresarial, pero la calidad de nuestro aporte dependerá también de las oportunidades de crecimiento profesional y el trato que nos dé la organización.
Sentido empresarial
Desde inicios de los 60s, la teoría del management empezó a adoptar enfoques militares de planeamiento en tópicos de gestión empresarial y fue Peter Drucker quien en 1973 sostuvo que una empresa no está definida por su nombre o estatutos, sino por su misión.
Según la encuesta de McKinsey de agosto de 2020 “Help your employees find a purpose” entre más de 1,000 trabajadores en EE.UU. solo el 15% de quienes tienen rango de empleado admite poder vivir su propósito personal en el día a día en su trabajo, siendo ese porcentaje de 85% para el caso de gerentes.
Aquellos colaboradores que tienen un propósito personal y éste está alineado con el de su organización, muestran mayor compromiso en el trabajo, así como una intención más alta de quedarse en la empresa y de recomendarla hacia otros. En contraste, aquellos que no le encuentran un verdadero sentido a su trabajo padecerán niveles altos de frustración. Dostoievski decía que si se quisiera machacar, aniquilar a un hombre, castigándolo con ell más horrible de los castigos, hasta el punto de hacer temblar al más terrible criminal, bastaría con dar al trabajo un carácter completamente inútil y sin sentido. Será responsabilidad de nuestros líderes ayudar activamente a sus equipos a “conectar” lo que hacen con el propósito de la empresa.
¿Qué puede hacer la empresa para que los colaboradores se identifiquen más con su propósito?
Norte claro
Según la encuesta de McKinsey de 2020 “Help your employees find a purpose”, aquellas empresas que dedican un buen tiempo a reflexionar sobre su rol en la sociedad tienen empleados con cinco veces más entusiasmo para trabajar. Empecemos discutiendo con nuestros colaboradores cómo es que nuestra empresa logra impactar en el mundo.
Valores empresariales
Como líderes, necesitamos poner énfasis en vivir los valores empresariales, para un mejor cumplimiento del propósito organizacional. Esos valores son el conjunto de principios éticos y profesionales que orientan las acciones y actitudes en la empresa.
Ejemplaridad
No servirá de mucho tener un propósito empresarial enunciado en un manual a disposición de todos los empleados si nuestros líderes no lo predican con su comportamiento, en su día a día. Debe mostrarse consistencia en decisiones frente a clientes, comunidad y medio ambiente.
¿El cliente primero?
No es suficiente incluir al cliente en la misión y valores de la empresa para tenerlo presente. Gestionemos la satisfacción del cliente, lealtad y niveles de recomendación, desplegando KPIs clave en toda la organización.
Feedback sitonizado
Vayamos más allá de un feedback regular hacia nuestros colaboradores, entendiendo qué es lo que más les importa a nivel personal, para incorporarlo en nuestro proceso de orientación.
Trabajo híbrido
La mayor parte de empleados en el mundo prefiere trabajar en remoto, pero sigue apreciando las ventajas del trabajo presencial. Seamos sensibles a las preferencias de nuestros colaboradores.