Economista
Con la ratificación de los tres directores del BCR del Legislativo finalmente se completó, aunque con bastantes dificultades y retraso, el directorio del instituto emisor. Lo que representa un triunfo de la entidad que, en mi opinión, tiene la más sólida institucionalidad en nuestro país. Es que la puerta de ingreso para los puestos técnicos del Banco Central de Reserva (BCR) es un ejemplo de lo que debe ser la meritocracia.
Como todos los economistas sabemos, todos los años desde hace más de 50, el BCR organiza un concurso, a nivel nacional, entre los economistas de los últimos años que deseen perfeccionar su formación académica durante el verano en su “escuelita”, en la que los mejores profesores extranjeros enseñan las materias escogidas (puedo dar fe de ello). Y se selecciona a un grupo de economistas (una sola clase) que serán evaluados durante un verano. Finalmente, aquellos que deseen seguir su carrera profesional en el instituto emisor, y estén entre los 6 primeros, ingresarán a dicha institución. Es así como aquellos que ingresan lo hacen no por un “tarjetazo” sino por méritos propios.
Así, el BCR ha dotado al Perú (sector público y privado) de un diverso grupo de economistas con una sólida formación profesional. Posteriormente, la entidad ayuda financieramente a aquellos funcionarios que deseen seguir su formación profesional en el extranjero.
Además, a los puestos gerenciales se llega a través de los profesionales de la institución: El mejor ejemplo de ello fue Renzo Rossini, que ingresando al BCR vía la “escuelita” fue ascendiendo hasta llegar a la gerencia general, en la que estuvo un período prolongado, interrumpido solo por su temprano y muy lamentable fallecimiento. Esta institución es una de las muy pocas que no ha podido ser copada por el oficialismo (en ningún gobierno).
Justamente su ratificado presidente durante su reciente intervención en el CADE ejecutivo mencionó que las instituciones no deben responder al capricho de quien está en el poder. Y otro consejo que dio sobre cómo fortalecer la institucionalidad es que en las instituciones debe regir la meritocracia; explicando cómo funciona ese sistema en el BCR. Añadiendo finalmente que es necesario que quede claro, cuando se nombra al jefe de una institución, que este no puede ser removido simplemente por el capricho de alguien.
Y los resultados están a la vista de todos, indicando que desde el inicio del siglo hasta el 2019 la depreciación de nuestra moneda ha sido de solo 2%. E inclusive en un año tan complicado como el actual, la depreciación de nuestra moneda ha sido menor que la del peso chileno y del peso colombiano. De esta manera hemos asegurado que la política monetaria esté en buenas manos. Por lo que el principal riesgo estaría en la política fiscal, en manos del MEF.
Todo esto resulta muy importante en una época en la que el próximo año tendremos elecciones regionales y locales; y el presidente Castillo tiene el nuevo partido político de los profesores. El que, en una carrera contra el tiempo, necesita hacerse conocido en todo el país, lo que implica una costosa campaña preelectoral. Y ya hemos apreciado que cuando de promocionar dicho partido se trata, a un grupo de los más altos representantes del Ejecutivo les es muy difícil permanecer neutrales. Por lo que el riesgo del populismo estará presente, aunque para tal efecto se adopten “atajos” no permitidos, como lo ha reiterado el Consejo Fiscal, presidido por uno de los nuevos directores del BCR.
En todo caso se espera que dicha institución esté vigilante. Además, cualquier aumento presupuestal debe ser aprobado por el Congreso. Y en este sentido la Comisión de Presupuesto debe estar vigilante. Y si el control político del Legislativo no fuera suficiente, siempre existe la posibilidad de una interpelación.